¿Qué relación hay entre la Ansiedad y las Muelas del Juicio?
Recientes investigaciones de la Universidad de Sevilla y el Hospital Virgen del Rocío ha demostrado que la Ansiedad de un paciente antes de someterse a la extracción de una Muela del Juicio perjudica la recuperación durante el posoperatorio, ya que el paciente siente más Dolor y necesita tomar más analgésicos, aunque en realidad no influye en la inflamación.
Asimismo, se ha comprobado que, cuando el Odontólogo o el Cirujano Maxilofacial informa al paciente sobre la intervención de forma oral (no sólo con la hoja informativa de consentimiento que hay que firmar), la Ansiedad se reduce. Otro aspecto a tener en cuenta es que la anestesia local también suele aumentar el nerviosismo del paciente, ya que está consciente durante el procedimiento.
El análisis se llevó a cabo en 88 pacientes a los que se debía extraer la muela del juicio, también llamado tercer molar inferior. Antes de la intervención y sin haber recibido ninguna información al respecto, los pacientes respondieron a un test sobre Ansiedad. Después de la extracción, rellenaron una escala visual analógica (gráfico en el que se evalúa el Dolor en una escala del 0 al 10) cada día durante ocho días, siendo el octavo el día en el que se retira la sutura.
La Ansiedad, de forma general, es en algunas teorías psicológicas, la respuesta del organismo ante un peligro, sea este previsible, probable, real o no. Lo importante es que el sujeto lo vive como una posibilidad real y hace una vivencia del mismo previa a la aparición del mismo. La reacción a dicho miedo o peligro es amplísima, aumentando el ritmo cardíaco, la sudoración, la secreción de adrenalina, el consumo energético, etc., y todo ello sin que haya sucedido nada.
También se disminuye el umbral del Dolor y nos volvemos más sensibles a cualquier estímulo. Todo ello hace que una persona que se enfrenta una extracción dental, sobre todo si es de la Muela del Juicio, lógicamente, lo viva como una situación que genera Ansiedad. Pero hay que trabajar para que ésta permanezca lo más controlada posible. De otra forma la vivencia sería más traumática y, en muchos casos, más dolorosa.
Otro aspecto aún más interesante es que la recuperación es peor en aquéllos pacientes que han tenido ansiedad alta durante la intervención. Una posible explicación es que las moléculas secretadas durante ese momento de tensión son de tal potencia que hipotecan la recuperación del paciente durante los siguientes 7-10 días.