Quemaduras: la cirugía como tratamiento
Tras accidentes relacionados con quemaduras, más o menos graves, la cirugía permite reconstruir la piel a través de diversas técnicas, hasta recuperar cualquier tipo de tejido, desde sutiles peelings hasta llegar incluso a trasplantes de cara y manos.
Cualquier paciente quemado es candidato a una mejoría de sus cicatrices y reconstruirlas. Hoy en día, gracias a la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora se pueden aplicar multitud de tratamientos, desde los meramente estéticos como peelings o laser, cirugías correctoras como liftings, rinoplastias, expansión de tejidos, lipofilling y células madre hasta llegar al trasplante de cara y manos.
Tratamiento de las quemaduras
Se debe realizar una visita sin prisas, con una exploración física minuciosa y entender y comprender los problemas y preocupaciones del paciente. Tras esta visita hay que preparar un plan maestro, el cual incluirá una lista de secuelas, tanto funcionales como estéticas, un inventario de las zonas donantes de tejidos para reconstrucción y un orden de prioridades.
Todo el espectro de la cirugía plástica y estética se puede aplicar a la reconstrucción de las quemaduras. Ello incluye las correcciones de las cicatrices, expansión tisular, microcirugía, injertos y colgajos, cirugía estética (liftings, rinoplastias, mamoplastias, etc), lipofilling (injertos de grasa), tratamiento con células madre y trasplante de cara y de manos en casos muy severos.
Recuperación tras el tratamiento de las quemaduras
Depende del número y de la gravedad de las secuelas. Hay pacientes con secuelas menores que requieren una o dos intervenciones, mientras que otros necesitan muchas más. En secuelas severas (grandes quemados) no es infrecuente tener que realizar decenas de intervenciones y extender el proceso durante muchos meses y de uno a dos años.
Tras las intervenciones, se deben seguir hábitos saludables de vida, con dietas equilibradas, proteger la zona operada de traumatismos y no exponerse al sol. Están indicadas las cremas cicatrizantes, aceites de rosa de mosqueta, gel de silicona, etc. El ejercicio físico es importante, aunque siempre dirigido por el equipo médico. Además, muchas secuelas tienen efectos funcionales, por lo que siempre hay que seguir un proceso de rehabilitación activa e intensiva.