Realidades y mitos de la nutrición deportiva
La planificación nutricional siempre tiene en cuenta el tipo de trabajo de deportivo que se realiza y los objetivos que se buscan. Las pautas, por lo tanto, no serán las mismas para un maratoniano que para un levantador de peso. Sobre éste último, a menudo tenemos la imagen de los suplementos nutricionales que se toman una vez realizado el ejercicio de hipertrofia en el gimnasio. Su ingesta en sí no supone un riesgo para la salud si está justificada y bien pautada, aunque debe quedar claro que en ningún momento los suplementos nutricionales sustituirán a una alimentación saludable.
Arroz y pollo: déficit nutricional
Tenemos una creencia muy arraigada de que a más consumo proteico, más síntesis de músculo, lo que nos lleva a consumir elevadas cantidades de alimentos como pasta, arroz y pollo.
Sin embargo, el cuerpo tiene un límite en el aprovechamiento de las proteínas que se ingieren, y consumir más de las necesarias puede suponer una carga metabólica extra para el organismo. Una alimentación basada mayormente en estos alimentos hace que privemos a nuestro cuerpo de otros nutrientes que le son también esenciales.
Entrenar en ayunas
El objetivo de realizar el entreno en ayunas pasa por conseguir una adaptación fisiológica para perder peso. Lo que se busca en estos casos es la utilización como fuente de energía de los ácidos grasos intramusculares manteniendo los niveles de glucosa en sangre y glucógeno muscular. Sin embargo, puede acarrear problemas de salud como mareos, debilidad o desfallecimientos en personas no entrenadas. Además, este tipo de estrategia no permite realizar actividad física a altas intensidades.
Para el desayuno antes de la práctica deportiva debemos tener en cuenta tres puntos: hacerlo con tiempo, ingerir la cantidad suficiente para no sentirnos ni llenos ni acabar con la sensación de seguir teniendo hambre, y tener en cuenta la calidad escogiendo los alimentos que nos sienten mejor y no nos impidan la práctica. Lo clásico es escoger alimentos bajos en grasa y evitar aquellos integrales o los que irriten la mucosa intestinal, como el café.