Reconocimientos cardiológicos para deportistas
Realizar ejercicio físico produce una sobrecarga funcional y mecánica en el corazón, algo que puede poner en peligro la vida del deportista si hay enfermedades cardíacas que han pasado desapercibidas en reconocimientos rutinarios. El Dr. Rodríguez Rodrigo, experto en Cardiología, habla de estas enfermedades que cursan de forma asintomática y que pueden acarrear complicaciones graves en la vida de los deportistas.
Importancia de realizar reconocimientos cardiológicos
Son pocos los deportistas que sufren una muerte súbita, pero cuando esto sucede se crea una gran alarma en su entorno ya que se trata de personas, aparentemente, sanas. El problema es que muchas personas se suman a realizar numerosas actividades deportivas sin tener conocimiento de su aptitud real a nivel cardiovascular, lo que supone un riesgo.
Hay tres grupos de personas con respecto al riesgo deportivo cardiovascular:
- Las que realizan deporte de forma habitual, con altos niveles de entrenamiento y que alguna vez se han sometido a pruebas de reconocimiento médico.
- Las que abandonan el deporte durante un tiempo y quieren reanudarlo.
- Los que quieren iniciar la actividad sin haber realizado ejercicio nunca antes de forma regular.
Todos ellos pueden beneficiarse de reconocimientos médicos regulares para comprobar el buen funcionamiento cardíaco, pero los dos últimos son los que necesitan de forma imprescindible ese chequeo cardiológico previo para prevenir cualquier tipo de anomalía o complicación. Entre adultos con menos de 40 años, la primera causa de muerte súbita cardíaca está relacionada con anomalías congénitas del corazón y, a partir de esa edad, con la enfermedad obstructiva de las arterias coronarias.
Qué debe incluir un buen reconocimiento cardiológico
Un buen reconocimiento cardiológico debe incluir:
- Historia clínica completa del paciente, con antecedentes personales, familiares, hábitos de vida y exploración física centrada en el aspecto cardiovascular.
- Electrocardiograma que descarte anomalías eléctricas del corazón y datos indirectos de enfermedades cardíacas subyacentes.
- Ecocardiograma que permita estudiar la anatomía y funcionamiento del corazón y de los grandes vasos sanguíneos.
- Ergometría o prueba de esfuerzo realizando un nivel progresivo de esfuerzo en términos de marcha y porcentaje de pendiente sobre una cinta rodante.
De estas pruebas se deben recoger los síntomas y datos exploratorios patológicos con el esfuerzo, la capacidad funcional final (en unidades METS), la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el registro de un electrocardiográfico continuo. Todo ello se hace con la finalidad de descartar alteraciones de tipo isquémico así como trastornos del ritmo y de la conducción eléctrica del corazón inducidos por la actividad física y que pueden ser causa de muerte súbita. Esto puede combinarse con un test de consumo de oxígeno para calcular el umbral aeróbico en atletas entrenados.
Si el resultado de estas pruebas es normal, se podrá iniciar o mantener con seguridad la actividad deportiva. En caso que aparezca alguna sospecha de patologías cardíacas específicas, puede ser que el especialista requiera realizar pruebas complejas adicionales como test genéticos, el AngioTAC coronario, una resonancia magnética cardíaca o, incluso, una arteriografía coronaria.