Recupera el tono de la piel de la ojera con la carboxiterapia
La carboxiterapia es una terapia reservada exclusivamente para ser aplicada por profesionales médicos especializados en medicina estética. La aplicación de gas carbónico forma parte de los procedimientos no invasivos.
Se trata de inyecciones subcutáneas de CO2 en la zona de la ojera, que producen una vasodilatación de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y produciendo una oxigenación de los tejidos.
¿Qué resultados nos ofrece esta técnica?
La carboxiterapia proporciona resultados satisfactorios en ojeras de origen vascular (de color azulado o amoratado), mejorando la microcirculación local, la oxigenación de los tejidos y la síntesis de fibras de colágeno y elastina. De este modo, conseguimos una mejora de la coloración, el tono y la elasticidad de la piel de la ojera.
¿De cuántas sesiones consta?
Las sesiones de carboxiterapia pueden programarse semanal o quincenalmente, según el grado de ojera. El paciente ha de saber que, como mínimo, se requiere de seis sesiones.
¿Es un tratamiento definitivo?
El porcentaje de efectividad depende de cada caso en particular. En muchas ocasiones, se requieren tratamientos coadyuvantes, como el relleno con ácido hialurónico.
¿El paciente debe tener algún cuidado especial una vez finalizado el tratamiento?
La piel que rodea los ojos es excepcionalmente fina y delicada, con un grosor muy inferior a la piel del resto del cuerpo. Tras la sesión de carboxiterapia, los párpados suelen quedar hinchados (desde unos minutos a unas pocas horas), dependiendo de las características del paciente (algo similar a lo que ocurre tras haber llorado o por no haber dormido bien). También pueden aparecer pequeños hematomas debidos a la microinyección. Es importante no frotar la zona durante las primeras horas y un mantenimiento adecuado para mantener la zona en el mejor estado. Tras la carboxiterapia, se puede hacer ejercicio físico y una vida totalmente normal.