Rejuvenecer el rostro sin cirugía
El envejecimiento del rostro, consecuencia inevitable del paso de los años, se hace visible a causa de la aparición de diversos signos externos y reconocibles que distorsionan nuestra apariencia facial. Pese a que nos preocupamos mucho por las arrugas, existen otros factores igual de responsables en el aspecto envejecido del rostro. Por ejemplo, el envejecimiento se manifiesta también con una progresiva pérdida de volúmenes. Con el paso del tiempo, el volumen de los pómulos tiende a desaparecer, por lo que el aspecto de la cara se endurece. La pérdida de volumen y la hiperactividad muscular son los dos grandes procesos que provocan la aparición de arrugas y de sombras.
Para combatir el envejecimiento del rostro, los especialistas debemos hacer un análisis de las necesidades concretas de cada paciente con el objetivo de precisar qué resolver y, a partir de ahí, exponemos cuál es nuestra propuesta de rejuvenecimiento facial. En la misma, se suelen combinar varios tratamientos para obtener los mejores resultados, así como el mejor ácido hialurónico y toxina botulínica (más conocido como Botox) que ofrece el mercado.
El tratamiento con ácido hialurónico se realiza infiltrándolo en la piel o el tejido celular subcutáneo, a través de una cánula flexible que no deja marca y no perjudica los tejidos. Con sólo dos puntos de entrada se puede tratar todo el rostro. Gracias a la toxina botulínica se logra relajar la expresión, evitando esa rudeza y aspecto de flaccidez indeseado. Con ello, la cara vuelve a brillar con el esplendor del que vuelve de vacaciones.
La clave del éxito está en rejuvenecer con naturalidad. No soy partidaria de un cambio radical, sino de que el paciente mejore gradualmente su aspecto hasta verse bien. Persigo siempre la naturalidad en mis tratamientos: embellecer los rostros de mis clientes y rejuvenecerlos sin cirugía, logrando un efecto de calma en el rostro.
Tratamientos naturales: la mesoterapia
También utilizamos la mesoterapia, un método que consiste en aplicar determinados productos sobre la dermis a través de finísimas agujas indoloras, que provocan una estimulación directa del fibroblasto logrando que la piel recupere la elasticidad y belleza anteriores. En la mesoterapia se usa el colágeno porque, precisamente, es una proteína que aporta elasticidad a la piel. Es como una goma elástica que nos da firmeza y que nos ayuda a mantener nuestro rostro joven y terso. A partir de los 20 años, nuestro colágeno empieza a degradarse y sólo se vuelve a fabricar cuando los fibroblastos se estimulan con tareas de recuperación o mantenimiento, como un corte, una herida o una quemadura.
Recientemente, también se hace uso de vitaminas con alto poder antioxidante para introducirlas dentro de la piel. Si, además, se complementa con ácido hialurónico, el compuesto más hidratante dentro de nuestra piel, facilitaremos a la piel sus funciones corrientes. El resultado de esta combinación es el de una piel más luminosa, sana y joven por el efecto de las vitaminas; y más hidratada por el efecto del ácido hialurónico.
Por último, este año hemos incorporado un nuevo tratamiento natural para el rejuvenecimiento de la piel llamado: carboxiterapia. Es una técnica ya utilizada para tratar la piel enferma que ahora empleamos en estética sobre la piel sana para rejuvenecerla, ya que aumenta su afluencia sanguínea, nutriéndola y oxigenándola. Con ello, logramos una apariencia más tersa, joven y luminosa. También la utilizamos para inyectarla dentro de la grasa, puesto que tiene un efecto lipolítico (elimina la grasa) y anticelulítico (elimina grasa y mejora la circulación).