Relación entre la maloclusión dental y la lumbalgia
El hueso Hioides está suspendido bajo la mandíbula, en contacto con músculos que lo conectan con esta y con la parte posterior del cráneo. Este hueso es el único de nuestro cuerpo que no tiene conexión directa con otros huesos, por lo que es prácticamente independiente.
Función del hueso Hioides
El hueso Hioides es el que se encarga de nivelar la postura. Según los expertos en neurología, esto se debe a que el hueso está en contacto con diferentes cadenas musculares de las que depende la postura. La parte superior del hueso se une a la mandíbula a través de varios músculos, así como a la base del cráneo y las primeras vértebras cervicales y el esternón.
Cómo influye la maloclusión dental a la lumbalgia
Cuando se produce un deslizamiento espacial de la mandíbula se da un deslizamiento del hueso Hioides, que influye en la tensión de las cadenas musculares que nivelan la postura de la columna cervical y del cuerpo. Los dientes son los encargados de determinar la postura de la mandíbula, que determina la posición del hueso Hioides, encargado de regular la postura de la columna cervical, de los hombros y del resto de la columna hasta la pelvis.
Así, la posición incorrecta de la mandíbula desencadena una mala alineación cervical que puede provocar contracturas. Este daño en la postura puede influir también en inclinar la pelvis o provocar que un hombro esté más alto que el otro. En general, la maloclusión dental acaba generando dolores cervicales y lumbares.
De la misma manera, la mala alineación de la columna cervical por una contractura puede acabar influyendo en la dinámica de la mandíbula y generar una maloclusión dental.