Resección transuretral, el estándar de oro en la cirugía de la próstata

Resección transuretral, el estándar de oro en la cirugía de la próstata

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 21/11/2018

El estándar de oro empezó en el siglo XVIII y consistía en un sistema monetario mediante el cual las monedas de oro no circulaban, pero las autoridades se comprometían a cambiar la moneda circulante por una cantidad estipulada de oro. Este sistema desapareció a raíz de la gran depresión de 1929.

Este concepto en medicina se ha tomado prestado de los economistas y se usa para describir una técnica o procedimiento, universalmente reconocido como el mejor método disponible. Así pues, el estándar de oro es una técnica superior a cualquier otra alternativa, ya que da lugar a resultados mejores que los que se consiguen con otros medios y que además sirve de referencia para comparar los nuevos procedimientos que surjan.

 

 

 

 

Resección transuretral en la hiperplasia benigna de próstata

Si hay algo que en Urología es el estándar de oro es la llamada resección transuretral (RTU) para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata. En 1993, coincidiendo con la aparición del primer láser visual, T.S. Stamey, un experto reconocido en el tema, dijo que la RTU de próstata ya había pasado a la historia. Sin embargo ¿por qué 20 años después la inmensa mayoría de los urólogos seguimos todavía haciéndola? La respuesta es sencillamente porque tiene muy baja morbilidad.

Esto no debe sorprendernos, ya que la realidad es que hay muchas técnicas quirúrgicas o instrumentos que, cuando se describieron, alcanzaron tal perfección que son insuperables con el paso del tiempo. Para que una técnica pueda reemplazar a la RTU como el "gold standard", tiene que ser superior en resultados y tener menor morbilidad. Además, debe ser técnicamente simple, no más cara y con una baja curva de aprendizaje.

Por otra parte, se ha demostrado que, con la técnica láser, los síntomas irritativos postoperatorios son muy pronunciados, pudiendo llegar a durar incluso un año tras la intervención. También hay un número significativo de publicaciones que demuestran que el número de reintervenciones es bastante mayor con el láser en comparación con la RTU, y que ni siquiera sangra menos. La realidad es que no hay evidencias científicas que hayan podido demostrar la superioridad de las técnicas láser sobre la RTU.

Sin embargo, lo más relevante es que las guías clínicas, tanto la de la Asociación Europea, como de la Americana de Urología, afirman que las técnicas láser son opciones alternativas y que el tratamiento de elección sigue siendo la resección transuretral, por lo que llama la atención que a pesar de todo, el láser sea una técnica tan demandada por los pacientes.

Así pues, la RTU por supuesto tiene posibles problemas que se están continuamente mejorando, pero sin duda sigue siendo el estándar de oro con respecto al cual hay que comparar todas las opciones alternativas.

Urología