Rinomodelación y rinoplastia: ¿cuál es la diferencia?
La rinomodelación es una intervención estética de la nariz, que, al contrario de la rinoplastia, no se hace mediante procedimientos quirúrgicos. Está indicada para corregir los defectos del perfil del dorso de la nariz, pequeñas gibas y puntas caídas.
Un poco de historia
Muchas de las palabras que usamos actualmente en nuestro idioma tienen su origen en el griego, como es el caso de:
Rino, que en griego nombra el apéndice nasal
Plástico, que significa forma en griego.
De estas dos palabras griegas puede provenir nuestro término “rinoplastia”, usado para denominar la intervención que se realiza generalmente en un hospital para modificar la forma a la nariz.
Los conceptos básicos y desarrollo de la rinoplastia como se práctica todavía fueron desarrollados por el cirujano americano Roe en 1887 y popularizados por Joseph a partir de 1931.
En la actualidad
En el siglo actual, la aparición de nuevos materiales e instrumentos médicos nos permite realizar muchas de estas operaciones de rinoplastia de manera mínimamente invasiva, casi sin cirugía o sin cirugía, con anestesia local, como la que utiliza el dentista y sin necesidad de hospitalización, ni de quirófano y con unos cuidados posteriores mínimos. Y naturalmente, los riesgos son menores.
Como se trata de una intervención médica destinada a modificar la forma de la nariz, podríamos también denominarla rinoplastia, pero como este término ya se utiliza para la intervención hospitalaria, se acuñó el término de “rinomodelación”, que significa prácticamente lo mismo, pero lo usamos para denominar a una forma de rinoplastia mínimamente invasiva, con resultados permanentes altamente predecibles y que se realiza de manera ambulatoria sin quirófano ni hospitalización, riesgos mínimos y coste menor.
Trabajo con esta técnica asombrosa desde el año 2007, encontrándome entre los pioneros con ella en España. En mi experiencia El 80% de los casos susceptibles o que demandan mejoría estética mediante intervención médica o quirúrgica pueden resolverse con esta técnica de rinoplastia mínimamente invasiva. Otro 20% de casos se pueden beneficiar más con la técnica clásica de rinoplastia quirúrgica.
Rinomodelación: conocer los deseos del paciente
La rinomodelación comienza con una consulta médica y el estudio de la imagen del paciente, con el objetivo de conocer sus deseos o preferencias y objetivar las posibilidades de cambio mediante la simulación en un programa informático manejado por el profesional y a partir de un reportaje fotográfico de calidad que se realiza en la consulta.
De esta forma, el paciente puede ver lo que la rinomodelación le ofrece y comparar también con lo que puede ofrecerle la rinoplastia. El médico o cirujano puede también conocer lo que el paciente desea, que muchas veces no coincide con sus propios gustos o preferencias.
En esta misma sesión puedo ofrecer al paciente diferentes opciones y aconsejar sobre ellas. Este trabajo de simulación de resultados posibles y de indagación en los gustos y deseos del paciente es muy importante porque, tradicionalmente, la rinoplastia se realiza sin este estudio previo, y muchas veces es el cirujano el que decide lo que le va a ir bien al paciente, encontrándonos después que aquello no era lo que el paciente deseaba.
El procedimiento
Sencillamente explicado el procedimiento, tras el diagnóstico de imagen, decidir lo que se va a realizar y realizada la anestesia local, consiste en la punción de la piel con una aguja de inyección y por ese orificio la introducción de los instrumentos y materiales que permitirán realizar un molde interno con las formas y modificaciones deseadas.
El molde se irá reabsorbiendo en su mayor parte a medida que tejidos del organismo lo reemplazan a lo largo de las siguientes semanas, generalmente no es doloroso durante la realización- que dura entre 15 y treinta minutos- ni posteriormente, ni necesario tomar analgésicos o antibióticos por este motivo.
Tras la primera sesión se aprecian ya los resultados. Pasados más o menos dos meses, el organismo ha reemplazado la mayor parte del molde (70%) por tejidos propios. El procedimiento se puede realizar entonces de nuevo para perfeccionar los resultados. El número de sesiones varía generalmente entre una y tres.
El procedimiento y técnica de rinomodelación es muy útil tanto en la nariz sin operar como en la nariz operada, para reparar o mejorar rinoplastias quirúrgicas que no han quedado bien y permite a personas que no se operarían plantearse modificar su imagen sin que suponga tampoco una contraindicación a una rinoplastia posterior si fuese el caso.