Rinoseptoplastia: ¡Vuelve a respirar bien!
La rinoseptoplastia es la intervención quirúrgica en la que se intenta corregir conjuntamente la forma y la función de la nariz. El Dr. Megía López, experto otorrinolaringólogo, nos explica cómo en la misma intervención se corrige la forma externa de la nariz con una rinoplastia, así como el interior de la fosa nasal mediante una septoplastia.
¿Qué tipos de Rinoseptoplastia existen?
Fundamentalmente existen 2 tipos:
- La rinoseptoplastia funcional, también llamada septorrinoplastia, en la que el objetivo principal de la cirugía es mejorar la función respiratoria nasal, tratando el interior de la fosa nasal (tabique nasal o septum, cornetes, válvulas...) al mismo tiempo que se modifican y armonizan las alteraciones de la forma nasal que generalmente también contribuyen a la obstrucción al flujo respiratorio de la misma.
- La rinoseptoplastia estética, cuyo principal objetivo es mejorar el aspecto estético de la nariz, pero sin olvidar que muy frecuentemente las alteraciones externas de la nariz, se acompañan de alteraciones internas que causan obstrucción nasal y deben ser corregidas al mismo tiempo.
La nariz debe ser considerada un conjunto, en el que la forma y la función están muy relacionadas, por lo que normalmente se deben corregir el tabique y también el aspecto externo, dorso y punta.
Esta intervención corrige la forma externa de la nariz, así como el interior de la fosa nasal
Perfil del paciente: ¿A qué edad se recomienda operarse?
Los pacientes pueden decidir operarse, bien por tener problemas respiratorios, bien porque quieren modificar el aspecto estético de su nariz, o más frecuentemente, por ambos motivos; es decir que tienen problemas respiratorios y además desean corregir el aspecto de su nariz.
Para ser intervenido de rinoseptoplastia, la recomendación general es esperar hasta que finalice el desarrollo de la cara y el cráneo, lo que sucede después de la pubertad, a partir de los 15 años en mujeres y entre los 16-17 en hombres.
¿Cuál es el procedimiento?
Se suele realizar generalmente con anestesia general y la mayoría de las incisiones se hacen por dentro de la nariz. A menudo es preciso fracturar el esqueleto nasal mediante unas incisiones de 2 milímetros en los laterales de la nariz, los cuales son generalmente imperceptibles.
En ocasiones se realiza la llamada rinoseptoplastia abierta, en la cual se practica una pequeña incisión extra en la columela (estructura entre la punta de la nariz y el labio), para tener un mejor acceso a los elementos osteocartilaginosos de la pirámide nasal y poder reconstruirlos con mayor seguridad. Al finalizar la intervención es necesario colocar una férula externa y algún tipo de sujeción del tabique nasal, bien con un taponamiento nasal o bien con férulas internas de silicona.
Después de la intervención: Cuidados y procedimientos
Después de la intervención la mayoría de los pacientes pueden irse a casa pasadas 6-8 horas. Sí se ha puesto taponamiento, este se retira entre 2 y 4 días y sí se han colocado férulas internas de silicona se suelen dejar entre 1-3 semanas. Cuando hay incisión externa quitaremos los puntos a los 5-8 días. La férula externa se deja unos 7-12 días.
La rinoseptoplastia es una intervención poco dolorosa y siempre se prescribe medicación analgésica por si fuera necesaria. En términos generales podrá regresar a su actividad laboral una vez retirados los puntos y la férula externa, salvo que tenga que realizar esfuerzos físicos o tenga riesgo de golpes en la cara. Es normal que se presenten edemas, inflamación y pequeños hematomas en la zona de la nariz, cara y ojos, que irán desapareciendo hasta un mes después de la operación. En las primeras semanas también se pueden notar algunas molestias como sequedad nasal o formación de costras.
Hay que tener en cuenta que la inflamación de la nariz no desaparece completamente hasta pasados los 6-12 meses.