Sangrado rectal o rectorragia
La rectorragia es la expulsión de sangre a través del recto o ano, que puede ocurrir asociado o no a la defecación. Se trata de un signo que puede reflejar la presencia de un problema de mayor o menor importancia en el recto, el colon o el intestino delgado, así que es necesario consultar al médico en cuanto se detecte.
Síntomas más frecuentes de la rectorragia:
- Dolor rectal, prurito rectal o inflamación rectal
- Dolor abdominal
- Diarrea con coágulos de sangre
- La rectorragia puede ocurrir antes o después de la defecación, y puede ser indolora.
Causas de la rectorragia:
- Hemorroides
- Fisuras
- Diverticulosis
- Enfermedad inflamatoria intestinal
- Úlceras en el tracto digestivo
- Angiomas intestinales (estructuras vasculares anómalas en el tracto digestivo)
- Crecimientos anormales en el tracto digestivo (pólipos o tumores)
- Prolapso rectal
El tracto gastrointestinal
El tracto gastrointestinal comprende boca, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso (colon), recto y ano. Tras ingerir el alimento, éste es digerido según va pasando por el aparato digestivo, produciéndose la absorción de los líquidos y los diferentes nutrientes es los distintos tramos del tracto gastrointestinal; los residuos sólidos son recogidos en el recto.
Rectorragia y problemas gastrointestinales
La causa de la rectorragia puede encontrarse en cualquier lugar del tracto gastrointestinal; lo más frecuente es que se produzca en recto o colon, pero si tras un adecuado análisis de estas zonas no encontramos la lesión, deberemos ampliarlo al resto del tubo digestivo (intestino delgado, duodeno y estómago).
Diagnóstico y tratamiento de la rectorragia
Su coloproctólogo deberá realizar una revisión clínica completa con el fin de encontrar la causa de la rectorragia, incluyendo la anamnesis o entrevista clínica y la exploración o examen físico.
Anamnesis y exploración física: el paciente se someterá a una serie de preguntas relacionadas con su sintomatología (si alguna vez tuvo el mismo problema, síntomas asociados, etc.) y preguntas acerca de su salud.
La exploración consistirá en una inspección visual del ano y, posteriormente, una exploración manual mediante un tacto rectal. La introducción de un pequeño tubo en el ano (anuscopio) permitirá la visualización del interior del mismo.
Exploraciones complementarias: la prueba más sencilla consiste en la observación de las deposiciones, que realiza el paciente en su domicilio, constituyendo el motivo de consulta; el resto de pruebas complementarias serán realizadas en un centro médico.
- Sigmoidoscopio rígido: permite examinar unos 20-25 cm. de colon a partir del ano. Deberá prepararse el intestino con una irrigación o enema.
- Colonoscopia: se realiza con un instrumento largo y flexible que puede permitir la exploración de todo el colon. Requiere la realización previa de una preparación intestinal. Puede producir molestias y disconfort durante su realización.
- Enema opaco: requiere también preparación intestinal. Es una prueba radiológica especial en la que se introduce por el ano un contraste para rellenar el colon y dibujar su superficie (mucosa); se realizan radiografías en distintas proyecciones para obtener un diagnóstico completo de colon y recto. A veces también se introduce aire para mejorar la interpretación de la prueba (enema de doble contraste).
- Endoscopia: revisión de esófago y estómago con un tubo flexible que se introduce por la boca. Esta técnica se realiza en las raras ocasiones en las que con las pruebas anteriores no se haya conseguido un diagnóstico definitivo.
Tratamiento de la rectorragia
El tratamiento depende de la causa que lo produce. En función de los datos hallados durante el análisis, su médico propondrá un plan específico de actuación para cada caso. A veces el sangrado rectal cesa espontáneamente, pero incluso en estos casos se debe realizar el diagnóstico correspondiente para descartar la presencia de un problema serio subyacente.