Sentirte guapa ayuda a tu bienestar
La piel refleja las emociones. Cuando somos felices nuestro organismo segrega endorfinas (hormonas del bienestar) que se muestran en una piel más tersa y brillante.
Consecuentemente, las endorfinas actúan a nivel cerebral, disminuyendo la ansiedad y activando un efecto analgésico y sedante. Este fundamento científico nos debe estimular para ilusionarnos cada día en buscar aquello que nos haga sentir bien: pasear, reír, mantener una actitud positiva, controlar la alimentación, cuidar el cabello, el rostro, etc.
El objetivo sería suavizar las huellas del paso del tiempo para sentirnos bien por dentro y por fuera. La tarea no es fácil, pero con el buen tiempo siempre todo se hace más llevadero. Después del invierno, la piel necesita renovarse, hidratarse y armonizarse con el cuerpo, que debido a los excesos no compensados en la alimentación obligan a controlar el exceso de grasa y flacidez que aumenta con el sedentarismo, el estrés y la falta de control emocional.
Los cambios en las diferentes etapas de la vida: formar pareja, tener hijos, separaciones, enfermedades, menopausias, jubilaciones... Son momentos para renovar nuestro proyecto de futuro. Con ilusión y buenos hábitos, podemos conseguir que los cambios sean para vernos mejor y poder disfrutar de la nueva etapa con toda nuestra energía.