Síntomas y tratamiento de la hidrocefalia
El término hidrocefalia proviene de dos palabras del latín: hidro, que significa agua, y céfalo, que significa cabeza. La hidrocefalia describe un aumento anormal del líquido que rellena y en el que flota el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) en condiciones normales. Este líquido es conocido como líquido céfalo-raquídeo (abreviado como lcr).
Tipos de hidrocefalia
Hay distintos tipos de hidrocefalia. De forma básica, se pueden diferenciar según se presenten:
- Hidrocefalia aguda o de presentación rápida: si es en horas o días.
- Hidrocefalia crónica: cuando surge de forma lenta y progresiva a lo largo de días, semanas o meses.
También se puede clasificar en función de la existencia de obstáculos en los canales de flujo del líquido céfalo-raquídeo:
- Hidrocefalia obstructiva o no comunicante, cuando hay un obstáculo.
- Hidrocefalia no obstructiva o comunicante, cuando no hay obstáculo.
Síntomas de hidrocefalia
Los especialistas en Neurocirugía establecen que los síntomas dependerán del tipo de hidrocefalia.
En las de presentación rápida o agudas, los síntomas suelen ser llamativos y graves: dolor de cabeza que no mejora con medicación habitual, nauseas, vómitos sin nauseas previas, tendencia al sueño con dificultad para mantenerse despierto, incluso crisis epilépticas. Si no se trata rápidamente, puede progresar a coma neurológico y muerte.
En los casos de presentación crónica, los síntomas suelen ser menos llamativos y dilatados en el tiempo, aunque progresivos en intensidad. Por esa razón, puede costar detectarlos o diferenciarlos de otras enfermedades neurológicas como Parkinson o demencia, u otros problemas de salud en personas mayores. Normalmente, el primer síntoma suele ser un deterioro lento y progresivo en la forma de andar, arrastrando y separando los pies con inestabilidad y caídas.
Posteriormente, suele aparecer una incapacidad para aguantar la orina que progrese a incontinencia y fallos de memoria, torpeza o despistes cada vez más frecuentes que progresen a demencia si no se trata la hidrocefalia.
Causas de la hidrocefalia
Las causas de hidrocefalia son múltiples y muy numerosas. Entre ellas, están los tumores, las hemorragias cerebrales, infecciones cerebrales, la radioterapia cerebral, traumatismos craneales graves, malformaciones cerebrales, como el síndrome de Arnold-Chiari, etc. A veces, los niños ya nacen con hidrocefalia (congénita) o la desarrollan en la infancia por alguna de estas razones o sin motivo aparente.
También, pacientes ancianos o de cierta edad empiezan a desarrollar síntomas de una hidrocefalia crónica, es lo que se llama hidrocefalia normotensiva o hidrocefalia crónica del adulto, que es un diagnostico importante a descartar como causa de demencia tratable con buen pronóstico (otras causas de demencia no son tratables o no son de buen pronóstico).
Tratamiento de la hidrocefalia
Es un tratamiento quirúrgico realizado por el neurocirujano. Dependiendo del tipo de hidrocefalia y su causa, se requerirá un tipo de cirugía u otra. Las dos formas básicas de tratar la hidrocefalia son:
- Derivaciones de líquido céfalo-raquídeo, que a su vez pueden ser:
- Externas o temporales: drenajes ventriculares externos.
- Internas y definitivas: son las conocidas como derivaciones ventrículo-peritoneales o lumbo-peritoneales, fundamentalmente.
En estos casos, se coloca un tubo intracerebral para dar salida alternativa al líquido acumulado hacia el exterior del cuerpo o a otras partes del mismo (peritoneo, aurícula, etc.). Suele realizarse en pacientes mayores y en hidrocefalias sin obstrucción evidente al flujo del líquido.
- Tratamiento endoscópico o ventriculostomía premamilar endoscópica. Mediante un endoscopio cerebral, a través de un agujero en el cráneo de 14 mm, se comunican los ventrículos cerebrales donde se acumula el líquido por una obstrucción con el suelo del cerebro, sin necesidad de dejar tubos o prótesis.
¿Hay personas más propensas que otras a padecerla?
Sí. Las personas que sufren hemorragias, tumores, o infecciones cerebrales; o los ancianos con traumas craneales o sin ellos, pero con síntomas de demencia y deterioro de su forma de andar; deben ser vigilados estrechamente por tener una mayor frecuencia de presentación de hidrocefalia.