TDAH: causas, síntomas y tratamiento
Desde la primera infancia, los niños pasan la mayor parte de su tiempo entre el hogar y la escuela, y a menudo es en este último ámbito donde se detectan las primeras dificultades o diferencias en el rendimiento académico, que suelen llevar a la exploración por parte de un especialista en Neuropsicología y que es quien debe realizar el diagnóstico en la medida en que el síntoma principal es un déficit cognitivo: la atención selectiva. En los últimos años se ha incrementado el número de casos diagnosticados con el denominado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), y en la gran mayoría, la gran preocupación de padres y profesores radica en la evolución que tendrá el niño una vez diagnosticado el trastorno, no solo en el ámbito escolar, sino en todos los niveles donde se desarrolla psico-emocionalmente el niño.
Causas del TDAH
El TDAH es un trastorno de clara base neurobiológica que afecta al estado cognitivo (atención), a las emociones y al comportamiento en el 3-7% de los niños de todo el mundo. Principalmente, el diagnóstico se establece en base a un déficit de atención selectiva y/o sostenida, con o sin inquietud motora, sin finalidad, generalizada o presente en cualquier ambiente, con síntomas presentes de impulsividad. Dicha sintomatología se manifiesta con una capacidad intelectiva (inteligencia) dentro de la normalidad y afecta al rendimiento académico y a otros aprendizajes específicos como el cálculo y la lectura. Aunque existen diferentes teorías que podría explicar el origen, se considera la causa neurobiológica la principal responsable. Adicionalmente, este trastorno tiene un alto contenido genético, hasta el 80% de los casos de TDAH presenta un familiar con unas características similares.
Subtipos de TDAH
En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association, se diferencian tres subtipos dentro del TDAH:
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante inatento
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante hiperactivo-impulsivo
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo combinado (presenta síntomas tanto de inatención como de hiperactividad e impulsividad)
Síntomas del TDAH
Hay que tener en cuenta que no todos los niños con este trastorno presentan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Entre los síntomas más comunes se incluyen:
- Impulsividad.
- Inquietud motora sin finalidad y en cualquier ambiente.
- Dificultades para mantener la atención selectiva y la concentración.
- Dificultades de memoria de trabajo.
- Rigidez cognitiva.
- Dificultades para inhibir la conducta y la autorregulación.
Debido a la repercusión de estos síntomas en su vida diaria, puede ocasionar consecuencias emocionales y sociales en los diferentes ámbitos donde se desarrollan los niños, afectando así su capacidad de adaptación escolar, familiar y social. Pueden observarse problemas en el aspecto emocional ligados a una baja autoestima y a una inadecuada canalización y expresión de sus emociones. Por todo ello, su repercusión sobre la adaptación social puede ser incluso mayor que la que tiene la gravedad de los síntomas propios del TDAH.
Tratamiento del TDAH
Aunque el TDAH tiene un alto contenido genético, el entorno influye en gran medida en la solución de los problemas que van surgiendo en la vida del niño. Debido a los problemas de conducta y emocionales que presentan los niños con TDAH, en las últimas décadas ha aumentado el interés por encontrar tratamientos que sean eficaces para resolver los posibles problemas que se originan tanto en el ámbito social, académico y emocional. El tratamiento farmacológico, utilizando medicamentos como el metilfenidato, se ha utilizado de forma generalizada con los niños con TDAH y ha demostrado ser eficaz en la reducción de los síntomas de déficit atencional e impulsividad. Pero hay que indicar que los efectos del tratamiento rara vez persisten una vez pasado el efecto activo de la dosis, la cual suprime temporalmente las dificultades de comportamiento, así que éstas vuelven a resurgir cuando el tratamiento ya no está activo.
La intervención farmacológica no solo debe basarse en el diagnóstico sino también en detectar si la clínica incide negativamente en el rendimiento académico y social del niño. Paralelamente, se recomienda una rehabilitación neuropsicológica y una intervención psicológica cognitivo-conductual dónde se le facilitaran al niño técnicas y estrategias para que pueda aplicar en su vida diaria. La hipótesis es que, gracias a la mejora de estas funciones generales, los beneficios se generalizan al funcionamiento cognitivo general.
Es importante tener en cuenta que el tratamiento para el TDAH debe planificarse desde un enfoque integral y multidisciplinar, ajustado a las características personales del niño y al momento de desarrollo del trastorno en el que se realiza el diagnostico. Y es que el tratamiento psicofarmacológico casi siempre es necesario y casi nunca es suficiente y preciará, seguro, de una intervención multidisciplinar entre neuropsicológicos, psicólogos infanto-juveniles y logopedas, entre otros profesionales.