TDAH: cómo detectar los primeros síntomas
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) -antes conocido como trastorno por déficit de atención o TDA- es un trastorno del comportamiento bastante frecuente, que se origina en la infancia. Se estima que actualmente lo sufren entre el 8 y el 10% de los niños en edad escolar.
TDAH, síntomas iniciales
En general, los primeros síntomas que se detectan en los niños pequeños es un elevado nivel de hiperactividad e inquietud motora. Esto puede provocar problemas de aprendizaje y dificultades en las relaciones sociales con los niños de la misma edad. En otras ocasiones, lo que se percibe es un gran déficit de atención, que incide sobre las mismas dificultades. La tercera opción es la existencia de unos niveles muy elevados de impulsividad que generan problemas conductuales y/o agresividad.
Aunque el TDAH es un problema con el que se nace, en la mayoría de los casos este trastorno no es evidente hasta que los niños empiezan los primeros años de escolarización. Aunque en los casos más extremos podemos apreciar dificultades desde los 3-4 años, lo habitual es empezar a detectarlos a partir de los 6-7 años, al presentar problemas en el rendimiento escolar.
Condicionantes que predisponen a los niños a presentar TDAH
El principal factor condicionante para el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es la genética. El TDAH es el trastorno neurológico con una mayor heredabilidad: hasta el 70% de las personas que lo padecen tienen algún familiar de primer grado que también lo sufre. El 50% de los hermanos o los padres, también lo padecen. Además, hay otros factores de tipo ambiental que están relacionados con el embarazo y el parto, como son el consumo de alcohol y/o tabaco, la prematuridad y el bajo peso al nacer.
Tratamiento inicial para niños con primeros síntomas de TDAH
Existen diferentes tratamientos disponibles para tratar el TDAH, cuál usar depende de la edad y del nivel de intensidad del problema. Si el niño se encuentra por debajo de los 6 años y las dificultades que está provocando no son muy importantes, se recomienda iniciar el proceso por una terapia no farmacológica, es decir, que incluya la intervención conductual, psicológica y educativa. En cambio, si las dificultades son más intensas o ya ha pasado de los 6 años, suele ser necesario incluir una intervención farmacológica que ayude a normalizar los procesos neuronales. Solo así podrán ser efectivas el resto de terapias.