TDAH, detectarlo en niños con neurofisiología clínica
El TDAH (Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad) tiene gran incidencia en la población infantil, y repercute en el ámbito familiar y escolar. Los principales síntomas son atención dispersa ante estímulos aburridos, impulsividad e inquietud.
Los pacientes con TDAH presentan alteraciones en las funciones ejecutivas: inhibición de respuestas, vigilancia, memoria, de trabajo y planificación, que se asocia a la alteración del funcionamiento cerebral del lóbulo prefrontal.
La Neurofisiología ofrece técnicas diagnósticas que cuantifican y gradan el TDAH, y colaboran en la terapia.
Electroencefalograma (EEG) para el TDAH
El EEG registra la actividad bioeléctrica cerebral con electrodos en el cuero cabelludo. Se obtienen frecuencias sobre la madurez del cerebro y la presencia de anormalidades. Asimismo, diferencia la presencia de epilepsia y descarta la actividad epileptiforme, que contraindicaría algunos psicofármacos.
La cartografía cerebral aplicada a la TDAH
Aporta gráficamente los valores del EEG, para una estimación precisa. Es similar al EEG, pero el procesamiento de la señal es distinto, y obtiene otros parámetros: potencia absoluta y relativa, frecuencia media y coherencia. La cartografia nos permite calcular el índice de las potencias absolutas theta-beta, cuyo resultado superior a 5 ha demostrado certeza diagnóstica en el paciente con TDAH.
Potenciales evocados cognitivos (P300)
Es una onda cerebral que se obtiene en el córtex provocada por la respuesta ante un estímulo visual o auditivo, y se relaciona con la atención. Se valora el tiempo de aparición de la onda y su amplitud.
Test psicofisiológicos en TDAH
Obtiene el tiempo de reacción de ejecución de la respuesta (en un paciente con TDAH será prolongado); errores de comisión, para valorar la impulsividad; y errores de omisión, que valoran la inatención.
Polisomnografía o estudio del sueño en TDAH
Valora alteraciones en el descanso del niño (respiratorias, piernas inquietas, epilepsia o parasomnias). Se traduce en irritabilidad, inquietud y desatención.