Técnicas para el aumento de glúteos
Es posible aumentar el tamaño de los glúteos de dos formas básicas. Por un lado, usando prótesis de silicona que se implantan debajo del músculo glúteo mayor, dentro de este mismo glúteo o bien por encima, empleando una incisión oculta entre ambos glúteos. La intervención se puede realizar bajo anestesia general o epidural y suele precisar una noche de ingreso hospitalario. Según la morfología del paciente y su sexo pueden emplearse prótesis redondas o anatómicas para proporcionar el resultado más natural. Al contrario que las prótesis de mama, las de glúteo tienen un grado de cohesividad en el gel de silicona mucho más elevado, pero igualmente precisan revisiones rutinarias para comprobar su integridad.
Por otro lado, tenemos la posibilidad de usar injertos de tejido adiposo para realizar el aumento. En este caso se extraerá la grasa de las áreas que más benefician la silueta del paciente para, una vez preparada, inyectarla posteriormente modelando de forma específica las áreas o depresiones que alteran más los contornos. Es evidente que con esta técnica beneficiamos todo el contorno corporal, no solo el glúteo, y no es preciso revisiones a largo plazo porque no hay materiales sintéticos.
Riesgos y resultados
En el caso de las prótesis los riesgos son la encapsulación, los seromas o los desplazamientos de las prótesis, aunque son menos frecuentes que con las prótesis de mama. Respecto a los injertos de grasa tenemos que estar pendientes únicamente de que el prendimiento del tejido sea el mejor.
Respecto al número de prótesis de glúteos que se usan es muy bajo comparado con las prótesis de mama. En cambio, el uso de injertos de grasa ha aumentado considerablemente su popularidad. En cualquier caso, los resultados son muy naturales y estables en el tiempo.