Test de Hidrógeno espirado: detección precoz a las intolerancias a azúcares
El test de Hidrógeno se trata de una prueba no invasiva que, a partir del aire exhalado, permite determinar la cantidad de hidrógeno que ha formado la flora intestinal habiendo ingerido con anterioridad un tipo de azúcar.
¿Qué función tiene el test de Hidrógeno espirado en la detección de intolerancias a azúcares?
Las bacterias que habitan en el intestino, al descomponer los azúcares liberan hidrógeno, y tras pasar éste por el torrente sanguíneo y por el pulmón, es expulsado mediante la respiración. Así funciona el test, que merced a la cantidad de hidrógeno espirado permite realizar diversos estudios que indicaran la tolerancia de cada paciente a los distintos tipos de azúcar.
Sintomatología de la intolerancia a azúcares
Así, si existe una intolerancia, ésta implica que el intestino no es capaz de absorber los azúcares. En el caso de que exista una, los síntomas más frecuentes son la hinchazón y/o el dolor abdominal, los gases, alteraciones en el tránsito intestinal o diarreas, entre muchos otros.
En Gastrodex se mide la tolerancia a la lactosa, a la sacarosa, al sorbitol y a la fructosa.
Test de Hidrógeno espirado: la prueba para detectar intolerancia a azúcares
Se recomienda realizar el test de Hidrógeno espirado siempre que el especialista en Aparato Digestivo considere que los síntomas digestivos descritos por el paciente puedan tratarse de una intolerancia o sobrecrecimiento bacteriano.
El proceso del test es sencillo, ya que consiste en soplar en un dispositivo que medirá y analizará la cantidad de Hidrógeno que contiene el aliento. La primera medición se realiza sin haber ingerido ningún líquido con anterioridad, y posteriormente se facilita una pequeña cantidad del tipo de azúcar.
A partir de entonces, se toman muestras de aire con regularidad durante un periodo que puede variar desde las dos horas a las cuatro, en función de cada estudio.
En el caso de presentar algún tipo de intolerancia, se pueden manifestar molestias similares a las que se padecen en días normales, cuando se ingieren determinados tipos de azúcares.
¿Qué tipos de intolerancia a azúcares son los más habituales?
La más común y conocida es la intolerancia a la lactosa, el principal azúcar de la leche. Para absorber la lactosa, en el intestino se descompone en dos moléculas esenciales —la glucosa y la galactosa— y para ello es básica la función de la lactasa. No obstante, si existe un déficit de esta, el proceso no se puede completar y el azúcar que no ha sido absorbido pasa directamente al colon, y al fermentarse se generan agua, gas y ácidos, suponiendo molestias para el que lo padece.
Otro caso habitual es la combinación de la fructosa y el sorbitol, hallándose la fructosa en las frutas y el sorbitol tanto en frutas como aditivo en numerosos productos.
En general, en estos casos, una vez conocida la causa de la intolerancia, se deben tratar con una dieta individualizada para evitar los alimentos que provocan una mala absorción.