Tipos de patologías tiroideas
La glándula tiroides se sitúa en la cara anterior del cuello y pesa entre diez y veinte gramos. Su función es la producción de hormona tiroidea, que es imprescindible para el crecimiento y para el metabolismo.
El bocio endémico por déficit de lodo es la enfermedad tiroidea más frecuente. Afecta a unos 200 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por un aumento difuso del tamaño de la glándula, por lo que puede provocar síntomas compresivos como disfagia, disfonía y disnea.
El bocio tiroideo tiene una prevalencia en España de entre el 4 y el 7%, siendo la patología tiroidea más frecuente.
Las enfermedades tiroideas son diez veces más frecuentes en las mujeres. El hipotiroidismo clínico puede llegar a afectar al 2% de las mujeres. La forma de presentación más común de patología tiroidea es la aparición de un nódulo solitario, que puede observarse hasta en el 4% de los pacientes de entre 30 y 50 años.
Tipos de patologías tiroideas
- El hipotiroidismo subclínico suele ser asintomático. Característicamente la TSH está elevada con T4 libre normal. En España la tasa de prevalencia es del 8% y la mayoría de los pacientes ha sufrido una tiroiditis. El 50% de los casos pueden acabar en un hipotiroidismo clínico. No suele precisar tratamiento.
- El hipotiroidismo puede tener múltiples manifestaciones clínicas: debilidad, cansancio, fatiga, mareo, irritabilidad, edemas, somnolencia, estreñimiento, sequedad cutánea, aumento de peso, ronquera, ansiedad, bradicardia o derrame pleural, entre otros. Analíticamente la TSH está elevada y la T4 libre baja. Se trata con hormona tiroidea hasta normalizar cifras analíticas.
- El hipertiroidismo también se manifiesta clínicamente de forma abigarrada con anorexia, debilidad muscular, pérdida de peso, diarrea, apatía, temblor, miopatía, agitación, arritmia, confusión u oftalmopatía. Analíticamente la TSH está baja y la T4 libre elevada. Se trata con betabloqueantes y antitiroideos. Una vez controlada y estabilizada se trata con lodo 131 y/o intervención quirúrgica.
Neoplasias tiroideas
La mayoría se diagnostican en adultos a partir de un nódulo solitario. Entre el 5 y el 12% de los nódulos solitarios y el 3% de los bocios multinodulares pueden acabar malignizándose.
Los nódulos hipocaptantes (fríos) son los que tienen mayor probabilidad de malignización, sobre todo en pacientes jóvenes y con antecedentes de radiación cervical o craneal. Los nódulos hipercaptantes (calientes), en cambio, son benignos.
Los nódulos malignos más frecuentes son:
- El carcinoma folicular, que metastatiza rápidamente aunque tiene una tasa de supervivencia del 85% si se diagnostica de forma precoz.
- El carcinoma papilar, que es el más frecuente. Además tiene una tasa de supervivencia del 95%.
- El carcinoma medular, permite ser diagnosticado precozmente gracias a la detección de aumento de calcitonina y de la presencia del protoonogen RET y por tanto tratado satisfactoriamente.
- El carcinoma anaplásico representa menos del 1% de los casos. Es el más agresivo.
Todos ellos requieren de tratamiento quirúrgico.
Para tratar un nódulo solitario benigno el cirujano practica hemitiroidectomía junto a istmectomía. En caso de bocio multinodular o neoplasia, es necesaria la tiroidectomía total. En cuanto a las neoplasias será necesario linfadenectomía cervical.
Algunos tipos de neoplasia, además, se benefician y tienen mejor pronóstico con tratamiento postoperatorio con lodo radiactivo.