Todo lo que debes saber del cáncer de laringe
El cáncer de garganta (laringe) es el tumor más frecuente de cabeza y cuello. Además, en los últimos años, la incidencia ha aumentado y se diagnostican con mayor frecuencia, también, a un nivel más superior, en la parte profunda de lengua, boca y nariz.
El cáncer de laringe afecta principalmente a hombres, sobre todo, a partir de los 60 años, y el tabaco influye en su aparición y desarrollo. El humo que inhala el fumador, desde los labios, pasa por todo el trayecto de boca y cuello, irritando y inflamando de forma crónica toda la mucosa del tracto aerodigestivo, para llegar finalmente hasta los pulmones. Todo ello, se relaciona directamente con una incidencia más elevada de cáncer de garganta y de las zonas anatómicas adyacentes.
Otro factor que incide directamente es el alcohol, que potencia el efecto del tabaco y que actúa como irritante directo en toda la mucosa de boca y cuello. En el 95% de los casos de cáncer de garganta los pacientes son fumadores y bebedores.
Otros factores causales del cáncer de garganta
Otros factores que causan este cáncer son la inhalación de tóxicos ambientales o de exposición laboral. El más frecuente es el asbesto, también implicado en el tumor de la pleura pulmonar. El níquel, el polvo de cemento, hidrocarburos aromáticos y el ácido sulfúrico, entre otros, también se han relacionado con el cáncer de garganta. Finalmente, la exposición a radiaciones ionizantes, los virus del papiloma humano y herpes y, sin olvidar los factores genéticos hereditarios, pueden contribuir a la aparición del tumor.
¿Cómo se diagnostica?
El cáncer se detecta mediante pruebas exploratorias hechas por el especialista en otorrinolaringología. Dicha prueba se conoce como endoscopia exploratoria y se complementa con pruebas de imagen (TAC, Resonancia Magnètica Nuclear, PET scan, Ecografía, Estroboscopia, etc.) y se diagnostica mediante una biopsia de la lesión.
Tratamiento
Para tratar el cáncer de laringe disponemos de la cirugía, la cual consiste en acceder a la zona donde está situado el tumor y extirparlo mediante bisturí o láser. En muchos casos, se debe combinar la Cirugía Transoral (mínimamente invasiva) con cirugía abierta del cuello para extirpar los ganglios linfáticos cervicales, palpables o no externamente y asociados al tumor.