Todo lo que debes saber para disfrutar de tus vacaciones
A pesar del origen latín de la palabra vacaciones, durante muchos siglos sólo las clases sociales privilegiadas pudieron beneficiarse de ellas. De hecho, las primeras vacaciones pagadas fueron acuñadas por los franceses en el año 1937.
De algún modo, las personas presumen los beneficios del periodo vacacional. Sin embargo, apenas se ha comenzado a estudiar sobre los posibles efectos que tienen las vacaciones sobre el bienestar de las personas.
Respecto al trabajo de los expertos que han tratado de abordar este tema, habría que diferenciar dos grandes bloques. Por un lado, se ha estudiado la población americana, que posee alrededor de unos 9 días de vacaciones no retribuidos, y, por otro lado, la población europea, donde sí hay vacaciones remuneradas y cuyo tiempo suele oscilar entre los 20 y los 30 días anuales, dependiendo de la legislación. Obviamente, la percepción que se tiene sobre las vacaciones, cambia dramáticamente.
Por otra parte, existen datos constatados sobre el efecto que tiene el estrés laboral sobre nuestro organismo, a corto plazo: mayor aceleración cardíaca y fatiga; y, a largo plazo, reacciones crónicas como hipertensión, depresión y trastornos del ciclo sueño-vigilia. A partir de estos datos, se concluye que las vacaciones son relevantes para recuperarse de los estresores propios de la vida laboral.
Consejos para disfrutar de las vacaciones
No todas las vacaciones pueden resultar saludables. Para que se produzca una auténtica “desconexión” de la rutina y el trabajo, es necesario que el periodo estival cumpla con los siguientes requisitos, que recomiendan los expertos en Psicología:
- La duración de las vacaciones debe ser de, al menos, 10 días: Según las investigaciones realizadas, el punto de ruptura sobre la realidad laboral se sitúa alrededor del octavo día.
- Es preferible realizar pequeñas escapadas cada 3-6 meses. Este dato es especialmente importante porque afecta al exceso de expectativas e ilusión que las personas pueden tener si se embarcan en un proyecto vacacional anual. Por decirlo de otra manera, “apuestan todo su dinero a un solo caballo”.
- Itinerarios flexibles. Estructurar un viaje con objetivos irreales y/o excesivos podría convertir las vacaciones en una fuente de estrés, responsabilidades y obligaciones en lugar de un periodo de relajación y aprendizaje.
- El destino debe permitir múltiples opciones. De esta forma, no se dependerá del clima, de los excesos económicos y/o de un nivel de energía elevado. Desde el punto de vista psicológico, es fundamental que la persona tenga la oportunidad y la libertad de escoger lo que desea hacer. Debido a que no todas las personas se relajan de la misma forma, el hecho de que un destino garantice varias alternativas evitará conflictos con la pareja y/o los familiares.
En este sentido, investigaciones realizadas en Holanda y Alemania, han demostrado que para que las vacaciones tengan un impacto positivo sobre la salud y el bienestar, son determinantes los siguientes aspectos:
- Una correcta planificación del viaje.
- El clima y el estilo de vida Mediterráneo, por su temperatura y sus horarios.
- La calidad y no la cantidad, de sueño.
Vacaciones en familia: viajar con niños
Los viajes en familia requieren un esfuerzo doble que afecta a varios niveles: planificación, carga física, economía y energía. Por ello es aconsejable:
- Incluir a los hijos mientras se planifica el viaje. De esta forma, aprenden a empatizar con las necesidades de los demás, pero también a alcanzar acuerdos y realizar concesiones.
- Intervalos específicos para los niños y para la pareja. Pactar actividades y/o salidas, que permitan que, durante las vacaciones, también se creen momentos para los mayores.
- Control de expectativas. Conocer la ruta hasta el destino, el tipo transporte, las horas de espera, los usos y costumbres del lugar y/o el clima, entre otros. Esto garantiza tener una opinión más realista y, si surgen imprevistos, saber adaptarse mejor.
- Ser flexible. Ceñirse de forma rígida a una estructura impide que los pequeños aprendan a gestionar la incertidumbre y adaptarse a los cambios.
Estrés vacacional
Existe una pequeña porción de la población a los que alejarse de su puesto de trabajo y no estar al día sobre lo que ocurre en su oficina o despacho, les genera un grave estrés. Normalmente, se trata de personas perfeccionistas y con un elevado sentido de la responsabilidad.
Con el objetivo de que este grupo también pueda beneficiarse del ocio y la relajación propia de las vacaciones, es recomendable que escojan un intervalo de 45 minutos al día para poder ocuparse de los temas laborales, permitiéndoles desconectar el resto del tiempo.
En ocasiones es muy difícil desconectar del trabajo porque las personas se llevan el trabajo de viaje o, incluso no se alejan lo suficiente de sus responsabilidades. Llevarse el ordenador, comprobar el e-mail del trabajo, aprovechar las vacaciones para cerrar temas pendientes e incluso pasar por delante del despacho y/o la oficina puede resultar perjudicial. Ello es debido a que recibimos estímulos constantes que mantienen a las personas en la estructura de su rutina laboral.