Todo lo que debes saber sobre las prótesis
Implantar una prótesis es necesario cuando la articulación del paciente pierde o altera su función. Esta alteración se produce cuando las superficies articulares se ven alteradas por causas post-traumáticas, degenerativas y/o inflamatorias; lo que se traduce en la alteración de la función articular originando: anulación o limitación de la movilidad, dolor y cojera. El resultado final es una pérdida de la calidad de vida fundamentalmente a causa del dolor, que es la causa de la limitación de la movilidad del paciente.
El objetivo principal de la sustitución de la articulación por una prótesis es mejorar la calidad de vida. En este sentido, quién está más cualificado es el paciente para decidir el momento de efectuar la sustitución una vez establecida la indicación por parte del especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica.
Tipos de prótesis
La degeneración articular está íntimamente relacionada con la solicitación mecánica, además de sus causas primarias. Ésta es máxima en las articulaciones de carga. Las extremidades inferiores, la cadera y la rodilla son las articulaciones en las que es más frecuente que aparezca la artrosis, es la causa más habitual en la indicación de una prótesis. La frecuencia de su aparición en los últimos años es muy discretamente superior en la rodilla (gonartrosis).
Una prótesis de sustitución articular está constituida por unos componentes fabricados en distintos materiales de características concretas, que están estudiados, proyectados y diseñados para mejorar su biocompatibilidad, la fijación al hueso, su duración y facilitar su deslizamiento (la fricción). Al tratarse de elementos mecánicos están sometidos al desgaste y al aflojamiento de su unión al hueso. Ello es proporcional al trabajo que deberán realizar por la solicitación mecánica a la que les someteremos. Por ello el pronóstico de duración es mejor en aquellos pacientes mayores de 70 años y, por consecuencia, las prótesis reducen su duración en pacientes jóvenes, muy activos y demandantes.
Recambio de prótesis: cuándo hacerlo
El propio paciente es quien debe decidir el momento de implantación de la prótesis “primaria” por experimentar en su vida de relación las limitaciones existentes. En los recambios de prótesis, sin embargo, no es así. Una vez implantada la prótesis, ésta sufre un desgaste que origina degradación del implante, desgaste del polietileno, alteraciones de las superficies de deslizamiento, fracaso de su unión al hueso y migración de componentes protésicos.
Todo ello puede englobarse en lo que se conoce como enfermedad silenciosa de la prótesis. Cuando aparece la degradación de la prótesis, esto se evidencia de forma progresiva en los controles anuales establecidos. Cuando el especialista diagnostica este desgaste de prótesis, debe adelantarse a los acontecimientos para evitar graves pérdidas óseas y destrucciones de los implantes, que harían más compleja y difícil su reconstrucción. En muchos casos, aunque no en todos, la degradación se produce de forma asintomática para el paciente por lo que el profesional deberá percibir y convencer al paciente de la necesidad de una revisión del implante.