Todo sobre la ovodonación: requisitos, preparación y riesgos
La donación de óvulos es un proceso por el que una mujer (la donante) consiente en someterse a un proceso de estimulación ovárica controlada que finaliza con la extracción de alrededor de 10 a 20 óvulos. En la mayoría de los casos en Ginecología, los óvulos son utilizados para ser fecundados y transferidos a otra mujer (la receptora) para intentar conseguir un embarazo.
Una vez obtenidos los óvulos puede procederse a su fecundación inmediata para su uso ‘en fresco’ o a su vitrificación (preservación de los óvulos congelados), lo que permite su fertilización en un tiempo futuro.
¿Qué requisitos debe tener la donante? ¿En qué casos se desaconseja?
Las donantes deben tener más de 18 años y menos de 35, buen estado de salud y plena capacidad de obrar. Antes de iniciar el procedimiento de donación se deben estudiar las características físicas, psicológicas y de salud de las candidatas. Habitualmente se solicitan análisis de sangre para demostrar que no existen enfermedades genéticas hereditarias o infecciones transmisibles a la descendencia. Es importante realizar una encuesta detallada para buscar antecedentes personales o familiares de enfermedades con riesgo de transmisión a la descendencia. También es conveniente realizar una anamnesis para estudiar el perfil psicológico de la donante.
Por lo tanto, antes de someterse al tratamiento la donante debe ser aceptada como tal y para ello deberá hacerse diversos análisis genéticos, hormonales y de enfermedades contagiosas, así como un estudio preoperatorio. Todos estos estudios se realizan a cargo de la clínica que acepta a la donante, sin coste alguno para la paciente.
El proceso de donación es anónimo, lo que significa que una mujer no puede realizar una donación de óvulos orientada o dirigida a una persona conocida (familiar, amiga, etc.) y tampoco puede haber información sobre las identidades ni entre la donante y la receptora de óvulos ni entre sus futuros descendientes.
¿Cómo debe preparase la paciente antes de su realización?
Habitualmente el tratamiento comienza con la menstruación. Entre el primer y tercer día de la menstruación hay que administrar unas hormonas para conseguir que los ovarios formen varios óvulos a la vez. De forma natural, la mayoría de las ocasiones los ovarios forman un único folículo, una estructura similar a un pequeño globo lleno de líquido, dentro del cual flota el óvulo. Con la medicación administrada se forman múltiples óvulos, frecuentemente en torno a 10 o 15. El procedimiento completo dura alrededor de dos semanas.
Hay varias protocolos para la administración de la medicación y el más habitual es mediante fármacos inyectables; la primera semana una inyección diaria y la segunda semana dos inyecciones diarias.
Durante el tratamiento la donante es monitorizada cada dos o tres días para evaluar la respuesta al tratamiento y el momento óptimo en que se realizará la extracción de los óvulos. Esta monitorización se realiza mediante ecografía transvaginal y a veces también mediante análisis de sangre.
La extracción de los óvulos se efectúa mediante la punción de los ovarios. Para ello se acopla una aguda a la sonda vaginal del ecógrafo. Se realiza una ecografía transvaginal convencional y se observa cómo la aguja de punción pincha y vacía cada uno de los folículos en los que flotan lo óvulos. El contenido líquido de los folículos es observado al microscopio y de él se seleccionan los óvulos que son trasladados a unas placas de cultivo apropiadas y guardados en un incubador. En función del uso que se le haya destinado, pueden ser fecundados con semen de un varón o vitrificados y almacenados en tanques de congelación.
¿Qué síntomas y sensaciones tendrá la paciente después del tratamiento?
Durante el tratamiento los ovarios aumentan mucho su tamaño, llegando frecuentemente a tener 6 u 8 centímetros de diámetro al final del proceso. Esto origina molestias leves similares a las de una menstruación, así como sensación de hinchazón en la parte baja del abdomen y retención de líquidos.
Las molestias son máximas el día de la punción folicular. Tras el procedimiento la donante vuelve a su domicilio tras 30 o 60 minutos de observación y se recomienda que ese día guarde reposo en domicilio, que no vaya a trabajar ni realice las tareas habituales. El reposo es importante porque tras la punción los ovarios se quedan irritados y con pequeños hematomas que originan dolor al caminar. Durante el resto del tratamiento se realiza una actividad laboral normal aunque se recomienda que unos días antes y después de la punción se evite realizar ejercicio vigoroso.
Tras la punción los síntomas revierten con rapidez y desaparecen por completo tras la siguiente menstruación. Cabe la posibilidad de finalizar el tratamiento de estimulación de la ovulación con una medicación que provoca y adelanta la regla, con lo que la resolución de los síntomas es mucho más rápida.
¿Puede implicar algún tipo de riesgo?
Los riesgos derivados del tratamiento son escasos y poco frecuentes pero existen. Los más importantes son:
- Hiperestimulación de los ovarios: Es un cuadro provocado por una respuesta excesiva de los ovarios al protocolo de estimulación, con la aparición de más de 20 folículos. Esto puede originar que tras la punción folicular los ovarios sigan estando demasiado inflamados y que el cuadro de estimulación se acentúe aunque se suspenda la medicación. Provoca una distensión abdominal progresiva con retención acentuada de líquidos, malestar general y dolor abdominal. Si el cuadro es leve basta con realizar reposo en domicilio pero a veces es grave y requiere ingreso hasta que se resuelve el cuadro, habitualmente con la menstruación. Con los tratamientos actuales el riesgo de ingreso es pequeño, alrededor de una paciente de cada 500.
- Hemorragia ovárica tras la punción: Es un cuadro más raro que el anterior y no siempre predecible. Como se ha comentado tras la punción es habitual observar la formación de pequeños hematomas dentro del ovario, ocasionados por la aguja de punción. A veces estos hematomas son grandes incluso se acompañan de sangrado de la superficie del ovario a la cavidad abdominal. Excepcionalmente (en menos de una de cada mil pacientes) esto requiere de una intervención quirúrgica para cohibir el sangrado.
- Infección ovárica tras la punción: Esta es una complicación todavía menos frecuente. Está ocasionada porque la punción de los ovarios es una maniobra invasiva, lo que significa que se pueden trasladar bacterias habituales de la vagina al interior del ovario. Cuando esto ocurre pueden originar una infección y desarrollar un absceso ovárico. Para evitarlo se realiza una limpieza quirúrgica de la vagina y frecuentemente se administran antibióticos durante el procedimiento. Esta complicación es la menos habitual, aunque en caso de formación de abscesos frecuentemente requiere intervención quirúrgica para vaciarlo.
Aunque el proceso de donación de óvulos es altruista (es decir, no tiene un carácter lucrativo o comercial), se acepta que exista una compensación económica que compense las molestias, los riesgos, el tiempo que se ha dedicado al procedimiento así como las posibles ausencias del entorno laboral. El importe suele oscilar entre 800 y 1000 euros por cada procedimiento. Una donante puede realizar el procedimiento durante más de una vez La ley española