Todo sobre la vitrificación de embriones
Del mismo modo que sucede con los espermatozoides y los óvulos, la congelación de embriones a bajas temperaturas permite concederles un uso posterior. Cuando se congelan los embriones se logra conservarlos en unas condiciones óptimas para el momento de la implantación.
Hasta hace poco tiempo, para llevar a cabo la vitrificación de embriones era necesario realizar un procedimiento de congelación embrionaria que enfriaba lentamente las células para evitar la formación de hielo a partir del agua que estas contienen en su interior. Pero las tasas de implantación eran mucho más bajas que las conseguidas con los embriones en fresco.
Hoy en día, los especialistas en reproducción asistida disponen de un nuevo método, más avanzado, conocido como vitrificación embrionaria, que ofrece una mayor efectividad gracias al incremento de la supervivencia de los embriones y a una tasa más elevada de implantación, lo que supone mejores tasas de embarazo.
Definición de embrión
El cigoto, primer estadio de vida humana, nace de la unión del espermatozoide y el óvulo en una nueva célula con un núcleo y 46 cromosomas. Cuando se produce la primera división celular de esa unión, se crea el embrión.
La fase embrionaria se extiende hasta la semana 8 del embarazo, y se caracteriza por ser una etapa de cambios celulares intensos en la que el embrión divide sus células sucesivamente. Normalmente, existen unos patrones de división determinados que permiten detectar si un embrión es de buena calidad.
En el día cinco de gestación, el embrión pasa a denominarse blastocisto, momento en el que adopta una forma determinada. No es hasta los 7 u 8 días cuando se da la implantación del embrión de forma natural.
Los embriones más tempranos y los que están en fase de blastocisto pueden vitrificarse para su posterior implantación gracias al avance en las técnicas de fertilidad.
La congelación de los ovocitos requiere de un proceso diferente, ya que estos no han sido fertilizados y necesitarán, cuando vayan a ser utilizados, de la realización de un proceso de microinyección espermática (ICSI) previo a la implantación.
Diferencias entre congelación y vitrificación de embriones
La criopreservación de embriones ha evolucionado de forma notable en los últimos años. A diferencia de la congelación clásica, la vitrificación embrionaria enfría las células de forma increíblemente rápida. Antes se congelaban a un ritmo lento de, aproximadamente, 0,3°C por minuto, para tratar de evitar que el agua que hay dentro y alrededor del embrión formara cristales de hielo.
La vitrificación de embriones, en cambio, enfría rápidamente las células a una velocidad de más de 15.000°C por minuto, de modo que se podría decir que no da tiempo a que se formen cristales de hielo, sino que lo que se forma es una especie de gel que no daña las células.
Tasa de éxito de la vitrificación de embriones
Esta técnica consigue un menor número de embriones dañados y, por tanto, mayor tasa de implantación. Con el antiguo método de congelación, una de cada tres pacientes se quedaba embarazada, mientras que con la vitrificación la tasa de éxito supera el 50%. Además, puesto que hay una mayor posibilidad de implantación del embrión, se puede transferir un menor número de embriones y, así, reducir el riesgo de embarazo múltiple sin que el tratamiento resulte menos efectivo.