Todos los detalles sobre la prostatectomía
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez situada debajo de la vejiga y ante el recto, que tiene como función la creación de un líquido que mejora la calidad de los espermatozoides y así aumentar la fertilidad. A partir de los 50 años es frecuente sufrir distintas patologías como la hiperplasia benigna de próstata, aumento de la próstata; cáncer de próstata o prostatitis, infección urinaria. En algunos casos el tratamiento más efectivo es su extirpación parcial o completa.
Prostatectomía: operación de próstata
Prostatectomía significa extirpar la próstata. Este término engloba dos tipos de cirugías completamente distintas y con diferentes objetivos.
Se puede extirpar parte de la próstata en los pacientes con síntomas urinarios que no pueden controlarse con tratamiento médico. En este caso se quita la parte central de la próstata, que es la que comprime la uretra dificultando así la salida de la orina de la vejiga. Esta cirugía, con los avances tecnológicos actuales, suele realizarse casi siempre de manera endoscópica, denominada resección transuretral; sin tener que realizar cirugía abierta, lo que acorta mucho el tiempo de ingreso y de recuperación.
Cuando se extirpa la próstata por la presencia de un cáncer, esta cirugía se denomina prostatectomía radical. Esta cirugía es mucho más compleja ya que precisa la eliminación de toda la próstata, vesículas seminales y en algunos casos los ganglios linfáticos de la zona. Tras quitar la glándula hay que reconstruir el tracto urinario suturando la vejiga con la uretra. Con la realización de esta cirugía vía laparoscópica se reduce mucho el tiempo de recuperación.
Prostatectomía: en qué casos se realiza
La cirugía por hiperplasia benigna de próstata (HBP) viene indicada por los síntomas que presenta el paciente. Cuando estos le generan una pérdida de calidad de vida y no pueden controlarse con medicación oral, está indicada la cirugía.
En el caso del cáncer de próstata localizado, existen distintas opciones de tratamiento en Urología en función de la edad del paciente, tipo de tumor y enfermedades asociadas que pudieran aumentar el riesgo quirúrgico, pero hoy en día, el tratamiento más comúnmente utilizado es la cirugía radical.
Postoperatorio de la prostatectomía
En el caso de la cirugía por HBP, el paciente suele ser dado de alta a los dos días de la cirugía. Desde el principio notará un aumento del flujo miccional y mayor facilidad para vaciar la vejiga. En algunos casos, durante los primeros días pueden persistir síntomas irritativos que hagan orinar al paciente con frecuencia hasta que cede la inflamación postquirúrgica. En caso de ser muy molestos se tratan con medicación oral hasta que ceden al poco tiempo de la intervención.
Cuando se ha realizado una prostatectomía radical laparoscópica, el paciente suele ser dado de alta a los dos días de la cirugía aunque en este caso portando una sonda vesical que proteja la sutura entre la vejiga y la uretra hasta su cicatrización a los 10 - 14 días. A pesar de la sonda, salvo esfuerzos físicos, el paciente ya puede ir recuperando su rutina habitual. Posteriormente se retira la sonda y el paciente puede presentar inicialmente escapes de orina que con ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico, suelen corregirse en poco tiempo.
Cuidados después de la operación de próstata
Después de una resección de próstata por HBP, lo fundamental es beber abundantes líquidos para que si aparece algún pequeño sangrado, no se formen coágulos que pudieran obstruir la vía urinaria. Una vez superado el postoperatorio el paciente deberá seguir controles anuales para el diagnostico precoz del cáncer de próstata, ya que al no haber eliminado la glándula en su totalidad, podría aparecer ésta enfermedad como en cualquier otro varón de su edad.
En el caso de la prostatectomía radical laparoscópica, el paciente precisara curas locales de las heridas de los accesos hasta 7-10 días después de la cirugía. La sonda vesical se mantendrá 15 días, sin precisar ésta ningún cuidado especial. Posteriormente los controles oncológicos se realizarán mediante análisis periódicos de PSA (Antígeno Prostático Especifico). Si estos controles van bien, el paciente no necesitará ningún tratamiento adicional.
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