Tratamiento de pinguécula y pterigion en la córnea
La pinguécula es una mancha blanquecina o amarillenta que aparece en la conjuntiva bulbar, próxima a la córnea, benigna y sin repercusión en la agudeza visual. Su localización es habitualmente nasal, aunque también puede aparecer en la zona temporal. Aunque es un proceso banal, puede inflamarse y tomar un aspecto rojizo, produciendo además sensación de cuerpo extraño.
El pterigion es una proliferación fibrovascular de la conjuntiva bulbar, de forma triangular, que tiende a crecer lentamente hacia la córnea, y en cuya superficie penetra con el paso del tiempo. También se suele localizar en la zona nasal, aunque a veces se presenta en la temporal. Esta patología puede influir en la agudeza visual, por inducir astigmatismo debido a la tracción que produce sobre la superficie corneal, y porque en casos de crecimiento importante puede llegar a afectar la zona central de la córnea e influir por tanto en el eje visual.
¿Qué causa la pinguécula y el pterigion?
En ambos casos suele existir una cierta predisposición por parte del paciente. Parece ser también que aparece en personas que están expuestas mucho tiempo al sol y al calor, así como al viento y que trabajan al aire libre.
¿Qué síntomas presentan la pinguécula y el pterigion?
El síntoma principal es el enrojecimiento ocular, ligero en el caso de la pinguécula, pero que puede ser muy evidente en el pterigion. Además, en el caso del pterigion puede producir una disminución de la agudeza visual de instauración muy lenta.
¿En qué consiste el tratamiento de la pinguécula y el pterigion?
Una vez que el especialista en Oftalmología ha realizado un diagnóstico, el primer tratamiento suelen ser colirios o pomadas. Tanto en un caso como en otro suelen responder bien a los colirios o pomadas oftálmicas con corticoides, que atenúan de forma evidente los síntomas. En la pinguécula solo está indicado cuando se inflama, ya que suele pasar desapercibida y no produce molestias. En el pterigion, el tratamiento puede disminuir la congestión vascular, pero no la lenta progresión del proceso, que va a seguir su curso con el paso del tiempo. La solución definitiva pasa por el tratamiento quirúrgico (extirpación), si bien hay que tener en cuenta que presenta bastante tendencia a reaparecer. Por este motivo se recomienda extirpar el pterigion y recubrir la herida con un poco de conjuntiva tomada de otra parte del ojo. El implante de membrana amniótica es también una solución, aunque menos habitual.
¿Es posible prevenir la pinguécula o el pterigion?
Solo hasta cierto punto, ya que como existe un factor constitucional de predisposición. Aunque evitando las causas expuestas anteriormente, se puede minimizar su incidencia. El uso de protección solar y gafas especiales son de ayudan.