Tratamiento esclerosante, la mejor opción para tratar las varices
El tratamiento esclerosante de varices, varículas y arañas vasculares empezó hace siglos. De hecho, la primera vez que se habla del tratamiento esclerosante es en la medicina hindú en los 800-600 años antes de Cristo, cuando ya se cauterizaban las venas y se efectuaban flebectomías.
Los primeros tratamientos de varices
Hipócrates, en el 460-377 aC, trataba las varices inyectando diferentes substancias para provocar su trombosis y la obliteración de las mismas.
Chassaignac, Valette, Petrequin y Desgranges efectuaron la primera esclerosis reglada con percloruro de hierro y presentaron sus trabajos en la academia de Medicina de París en 1853, y Delore preconizó en el congreso de Lyon que la inyección debía ser esclerosante y no coagulante, es decir, que debe producir fibrosis y no trombosis. Debido a sus complicaciones al principio fue un método prohibido y no aconsejable.
Durante la primera guerra mundial se observó que los preparados mercuriales que se utilizaban para el tratamiento de la sífilis provocaban la esclerosis de las venas de los brazos, Paul Linser popularizó entonces en 1916, la esclerosis de las venas varicosas de las extremidades inferiores inyectando un suero salino hipertónico.
No es hasta J. Sicard (1919-1920) que se utiliza el salicilato de sodio en el tratamiento de las varices, siendo posteriormente R.Tourney que estandariza la técnica y la da a conocer mundialmente. Y desde entonces, ha seguido progresando el conocimiento en la técnica de esclerosis de varices hasta la actualidad, en que disponemos de una gran variedad de técnicas y métodos para poder tratar de forma segura, eficaz y estética las varices y varículas con técnicas esclerosantes.
La importancia del diagnóstico de las varices
Antes de indicar el tratamiento más adecuado por los especialistas en Angiología y Cirugía vascular es importante determinar su origen, lo cual se puede hacer mediante una historia clínica, una adecuada exploración física y un detallado examen con Eco-doppler venoso. Una vez determinada la etiología de las varices es posible decidir cuál va a ser el tratamiento más adecuado, entre ellos el tratamiento eslcerosante.
Tratamiento esclerosante para varices
La esclerosis consiste en la inyección de una substancia en el interior de la dilatación venosa, la cual produce una irritación en el interior del vaso, con descamación de la pared, todo ello provoca una trombosis, colapso y/o fibrosis del vaso y posteriormente se produce su absorción, con desaparición de la misma.
En función del tamaño de la vena a esclerosar se utilizan diversas substancias, que van de la microespuma, a la esclerosis liquida o crioesclerosis.
El tamaño de la vena es importante para determinar el tipo de esclerosante: la Crioesclerosis está justificada solo en venas reticulares y telangiectasias de pequeñas y muy superficiales.
La crioesclerosis es la asociación del frío en el tratamiento esclerosante. Se utiliza C02 líquido que enfría el líquido esclerosante a -40º, con ello al inyectarlo se logra una vasoconstricción del vaso, y así se consigue una inyección menor de esclerosante y un resultado óptimo del tratamiento.
El tipo de aguja también es importante: en la crioesclerosis se utilizan agujas de 25-27 G, con jeringas de pequeño tamaño ya que el vaso es de pequeño calibre y solo con este tipo de agujas se puede canalizar.
Las medidas complementarias son efectuar una buena compresión posterior al tratamiento en forma de media elástica de Clase I.
Indicaciones de la Críoesclerosis
La crioesclerosis está justificada en venas pequeñas, inferiores a 2mm de diámetro, y su tratamiento debe realizarse tras esclerosar las venas de mayor calibre. Debido al tamaño de estas venas en muchas ocasiones se utilizan lupas, gafas o fuentes de alimentación cutánea para poder visualizar el vaso y su alimentación o vaso nutricio. El material son agujas muy finas y jeringas de 2-3 ml para inyectar el producto, siempre sin ejercer una presión excesiva, ya que ello puede romper el vaso. La extravasación del esclerosante puede dar lugar a una de las complicaciones más habituales, como es el matting.
Complicaciones del tratamiento esclerosante
• Habitualmente el tratamiento esclerosante no produce complicaciones graves, más allá de pequeños hematomas en los sitios de punción, que se reabsorben y desaparecen en unos días.
• Más allá de los hematomas, una de las complicaciones posibles tras el tratamiento esclerosante es la pigmentación cutánea. Su frecuencia varía mucho según las series, tipo de venas tratadas, técnicas y materiales utilizados. Consiste en una coloración marrón-purpura en el trayecto de la vena esclerosada, debido a la trombosis de la misma. Es posible evacuar este trombo antes de que produzca la pigmentación cutánea, dado que una vez establecida, va a tardar hasta un año en desaparecer. Su tratamiento es, además de la evacuación precoz del trombo, cremas con antiinflamatorios, vitamina K e hidroquinona.
• El matting, otra de las complicaciones, es la aparición de venas alrededor de las zonas esclerosadas, venas de pequeño calibre (0,2 mm). En la mayoría de los casos se debe a la presencia de puntos de fuga por perforantes venosas insuficientes.
• La urticaria, complicación muy poco frecuente, es una reacción alérgica rara debida a la inyección de cualquier fármaco (en este caso, el esclerosante).
• La complicación más grave, aunque excepcional, del tratamiento esclerosante es la úlcera cutánea: necrosis cutánea secundaria a la extravasación del esclerosante y normalmente se da en el sitio de la punción. Se debe a inyecciones de esclerosantes muy irritantes o a dosis elevadas, aunque su aparición es excepcional.
Si bien son complicaciones poco frecuentes, su incidencia es muy excepcional en la crioesclerosis, donde no se han descrito pigmentación ni lesiones cutáneas. Por todo ello se considera que la crioesclerosis es el tratamiento ideal en los vasos de pequeño tamaño, ya que aporta muchas ventajas, en términos de eficacia técnica, estética, y seguridad.
Autor principal: Dr. José María Mestres Sales, en colaboración con el Dr. Mestres Alomar.