Tumores del sistema nervioso
La Unidad de Neurocirugía Cerebral y Vertebral del Hospital Ruber de la calle Juan Bravo de Madrid, bajo la dirección del Dr. Hugo Santos lleva tratando patología tumoral del sistema nervioso desde 1987. En esta Unidad se han vivido los avances de la neurocirugía moderna, aplicando las técnicas más vanguardistas, tanto de diagnóstico, como de tratamiento y rehabilitación en un solo equipo, lo que permite una atención integral del paciente.
El sistema nervioso central (cerebro y médula) puede verse afectado por procesos tumorales, tanto benignos como malignos.
La existencia de patología cerebral y una de sus consecuencias más frecuentes, como la epilepsia, han obsesionado a la humanidad desde la antigüedad. Las trepanaciones halladas en cráneos en épocas precolombinas en México y otras tierras americanas, hacen pensar que en algunos casos los trepanados sobrevivían a dicha cirugía. Está en entredicho aún si en estos casos el motivo para efectuarlos era terapéutico o simplemente por magia o hechicería.
En la diferenciación de diagnóstico de las lesiones tumorales cerebrales y medulares se debe valorar si son tumores primitivos del sistema nervioso o lesiones secundarias a procesos tumorales en otras partes del organismo (metástasis). También debe tenerse en cuenta si nacen del propio parénquima cerebral o si el origen está en estructuras que están en íntima relación con ellos (raíces nerviosas, meninges, vasos arteriales o venosos y hueso). Gran parte del pronóstico tras los tratamientos instituidos dependen de esta singularidad. Como en otros tipos de tumores, hay predominancia en grupos de edad y de sexo. En tumores que son primitivos del parénquima cerebral o medular destacan los que son de extirpe glial, o comúnmente denominados astrocitomas, en sus distintos grados, entre otros.
Entre las lesiones que afectan al sistema nervioso pero que tienen su origen en estructuras adyacentes al mismo, como son las meninges, destacan los meningiomas. Los neurinomas son lesiones que se originan a partir de raíces nerviosas. Hay lesiones de origen vascular que pueden afectar por efecto de masa o por sangrados, tales como los angiomas cavernosos.
Existen además lesiones tumorales que aunque no son estrictamente cerebrales pueden afectar a estructuras del sistema nervioso, como es el caso de los adenomas hipofisarios, cuando afectan a los nervios ópticos.
Se debe sospechar la existencia de procesos tumorales cuando hay alteraciones tales como dolor de cabeza, mareos, alteraciones sensitivas o motoras o de alguna otra función como es la audición o dolores tipo neuralgia, como al que suelen producir en la cara las lesiones denominadas de «fosa posterior».
La exploración clínica es la base fundamental del diagnóstico a la que hay que añadir pruebas de imagen para ubicar la situación de la lesión y así tener una aproximación de diagnóstico. Actualmente contamos con avanzados sistemas de diagnóstico por imagen, tales como la RM, el TAC cerebral, la arteriografía digital cerebral. También son de suma utilidad el electroencefalograma y combinación de estudios como el PET-TAC.
Llegado el momento de indicar tratamiento quirúrgico, en una Unidad como la nuestra disponemos de equipamiento adecuado para efectuar los procedimientos quirúrgicos. En este apartado hay que mencionar especialmente la disponibilidad de equipamiento para llevar a cabo cirugías mínimamente invasivas, micro-endoscópicas complementadas con la participación de neurofisiólogos para monitorizar las funciones cerebrales aun estando el paciente anestesiado. En algunas ocasiones se pueden aplicar técnicas anestésicas muy especializadas para llevar a cabo cirugías en paciente despierto, sin que este tenga dolor durante la misma.
El guiado para llegar a estimar cual es el mejor sitio para abordar una lesión, lo determina tanto la RM navegada como un equipo de navegación cerebral intraoperatorio.
El paciente, en el momento de decidir quién va a ser el equipo neuroquirúrgico que le atienda, debe estar seguro de que además de que se disponga de todos los adelantos tecnológicos, se cuenta tanto con un equipo neuroquirúrgico experimentado como con instalaciones hospitalarias adecuadas para llevar a buen fin su tratamiento.
En el Hospital Ruber de la calle Juan Bravo disponemos de la tecnología más avanzada para resolver procesos tumorales, tanto a nivel cerebral como medular. Dispone de un departamento de diagnóstico por imagen muy especializado. Los quirófanos son de los denominados «inteligentes». La unidad de cuidados intensivos, al igual que nosotros, posee una amplia experiencia para la valoración y tratamiento postoperatorio del paciente. En las plantas, con enfermeras y auxiliares experimentadas, formamos todos un equipo difícil de igualar.