Últimas técnicas en reconstrucción de mama
Sufrir un cáncer de mama es una de las situaciones más duras que puede sufrir una mujer y, más aún, si finalmente se ha de realizar una mastectomía en la que se elimina la mama. Pero actualmente la cirugía ha avanzado hasta proporcionar técnicas que permiten la reconstrucción de la mama de forma natural, muy similar en forma, textura y características a la mama no operada. Dispongo de una unidad propia y específica para la reconstrucción mamaria en la que aplicamos las últimas técnicas que, a continuación, explicaré.
Técnica de expansión cutánea:
La técnica de la expansión cutánea es la más utilizada y se basa en expandir la piel para, posteriormente, colocar una prótesis. Después de la mastectomía, colocamos un expansor debajo de la piel y del músculo del pecho. A través de un mecanismo de válvula, introducimos una solución de suero salino una vez a la semana, durante varias semanas, hasta rellenar el expansor. Cuando la piel se ha dado de sí lo suficiente, se retira el expansor y lo sustituimos por una prótesis mamaria de silicona. Y hay algunos expansores que están diseñados para mantenerse como implantes definitivos. Esta intervención se realiza bajo anestesia general, con una estancia en el hospital de 24 horas normalmente. En cuanto al pezón y la areola se reconstruyen después, mediante anestesia local y de manera ambulatoria. Es importante tener en cuenta que las prótesis utilizadas en este tipo de reconstrucción mamaria contienen silicona médica, y destacar que no se ha demostrado ninguna relación entre el cáncer de mama y el empleo de prótesis mamarias. Cabe señalar también que su utilización está aprobada en todos los países Europeos.
Técnica que emplea tejidos propios:
Esta técnica se basa en la movilización o el trasplante de tejidos de otras zonas del cuerpo como el abdomen, la espalda o las nalgas. En algunos casos, estos tejidos siguen unidos a su sitio original, conservando su vascularización, y son trasladados hacia la mama a través de un túnel que corre por debajo de la piel. En otros casos, son separados completamente de su sitio original y se trasplantan al pecho mediante la conexión a los vasos sanguíneos. Se trata de la técnica más compleja, deja más cicatriz y el período de recuperación es mayor, pero el resultado estético es mucho más natural. Para esta intervención se usa anestesia general y se requiere una estancia hospitalaria de tres días. ç
Técnicas Mixtas:
Actualmente estamos realizando con mucho éxito una técnica que consigue unir lo mejor de las dos anteriores, es decir, que combina la colocación de una prótesis con la inyección de grasa de la propia paciente para conseguir unos contornos más naturales tanto a la vista como al tacto. Esta técnica está especialmente indicada en las pacientes que se hayan sometido a radioterapia o que tengan una piel poco elástica, ya que la inyección de grasa produce un efecto muy beneficioso sobre la piel y la cicatriz gracias a su alto contenido en células madre. En estos casos realizamos una primera sesión para extraer la grasa mediante liposucción, con la consiguiente mejoría del contorno corporal en los casos que sea apropiado y, en esa misma intervención, se trata la grasa para purificarla y se inyecta bajo la piel del tórax, alrededor y en el interior de la cicatriz de la mastectomía previa. Posteriormente, una vez mejorada la elasticidad y el grosor de la piel, llevamos a cabo la implantación del expansor. La inyección de grasa puede volver a utilizarse ya en la fase final de la reconstrucción para mejorar los contornos o simetrizar los pechos. Esta técnica combinada consigue unos resultados estéticos muy cercanos a las reconstrucciones microquirúrgicas más complejas y carece de muchos de sus inconvenientes.
Cualquiera de estas tres técnicas puede usarse para una reconstrucción inmediata, es decir que se realiza la mastectomía y la reconstrucción mamaria en el mismo acto quirúrgico. Eso sí, la técnica de expansión cutánea implicará una segunda cirugía para la colocación del implante definitivo, aunque se puede realizar una reconstrucción inmediata con la colocación de la prótesis directamente sin pasar por todo el proceso de expansión. Esto se puede lograr gracias a la implantación de una lámina especial que protege a la prótesis sin necesidad de haber expandido la piel durante semanas. De esta forma, la paciente que entra en quirófano con el trance de sufrir una mastectomía, sale del mismo con su pecho totalmente reconstruido en un solo tiempo.
En cualquier caso, la elección de una de las tres técnicas dependerá del paciente. Personalmente aconsejo siempre la mejor opción según el caso y siempre para acabar obteniendo los resultados esperados.
Los resultados
Hay que recordar también que los resultados de una reconstrucción mamaria son definitivos y permiten hacer una vida absolutamente normal, incluso la mama reconstruida puede tener un aspecto más firme y parecer más redonda que la otra mama. Puede que el contorno no sea exactamente igual que antes de la mastectomía, y pueden existir algunas diferencias de simetría con la mama no intervenida. Sin embargo, estas diferencias sólo suelen ser visibles para la paciente, no siendo percibidas por los demás.
Finalmente, es importante destacar que la reconstrucción mamaria no tiene efecto en la recurrencia de la enfermedad de la mama, ni interfiere con el tratamiento de quimioterapia o radioterapia, aunque la enfermedad recidive. Tampoco interfiere con los análisis posteriores que puedan ser necesarios en las revisiones pertinentes.