Un angioma suele desaparecer con el tiempo
Los especialistas en Dermatología Infantil afirman que un angioma, conocido también como “antojo”, “hemangioma” o “marca en fresa” es un tumor benigno de la piel. Los angiomas son muy comunes en la infancia.
El angioma aparece durante las primeras semanas de vida y crecer entre los 3 y 5 primeros meses de vida. Es a partir del primer año cuando empiezan a involucionar lentamente, por lo que a los 5 o 6 años de vida dejan de ser visibles.
Un angioma suele desaparecer casi completamente con el paso del tiempo. En algunos casos pueden dejar algún residuo o señal en forma de pequeñas venitas (telangiectasias), piel de textura algo diferente de la piel normal o un exceso de piel sobrante. La mayoría de los angiomas han completado su involución a los 5 años de edad, si bien a veces pueden continuar mejorando hasta los 9 a 10 años.
¿Un angioma es peligroso?
Los angiomas son lesiones benignas, sin embargo en aproximadamente un 10% de los pacientes puede generar complicaciones o secuelas, debidas en algunos casos por su localización, es decir, si están cerca de una estructura vital como lo ojos, la nariz, la boca o la región genital. También puede generar complicaciones si aparecen numerosos angiomas cutáneos, ya que en estos casos existe un mayor riesgo de presentar un angioma en un órgano interno.
Otra posible complicación es la ulceración. Un angioma ulcerado es doloroso y puede dejar una cicatriz permanente. Además, algunos angiomas de gran tamaño en la cara pueden conllevar otras alteraciones.
Tratamiento para angioma
La mayoría de los angiomas no requieren ningún tratamiento. En el caso de que el angioma sea muy visible o abultado, es importante hacer un seguimiento del angioma durante las primeras semanas, puesto que es su período de crecimiento rápido.
El principal tratamiento para un angioma es el propranolol. También se puede indicar el uso de beta-blonqueantes tópicos, láser o cirugía en el caso de que el angioma sea muy visible, se haya ulcerado o se prevea que puede dejar secuelas.
Es importante que la decisión de tratamiento sea valorada por un pediatra o un dermatólogo pediátrico para decidir el tipo de tratamiento para cada paciente. La decisión sobre si tratar o no un angioma debe tomarse pronto para evitar que el angioma continúe creciendo y deje mayor secuela o residuo.