VAGINITIS, la importancia de consultar

VAGINITIS, la importancia de consultar

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 15/06/2019

Aproximadamente el 90% de las mujeres padece algún tipo de vaginitis a lo largo de su vida, una patología que se puede tratar y, sin embargo, no siempre le conceden la suficiente importancia. La clave reside en detectar los síntomas y ante su presencia acudir al médico para que pueda determinar el origen e indicarle cuanto antes el tratamiento más adecuado.

 

¿Qué es la vaginitis?

La vaginitis o vulvovaginitis es una infección, inflamación o irritación de la vulva, la vagina o ambas, que puede ser muy molesta para la mujer, y se debe tratar.

 

La vagina está protegida por múltiples microorganismos que normalmente viven en la vagina, están en equilibrio y cumplen la función de mantener el nivel de acidez adecuado para así evitar la colonización de gérmenes patógenos externos. Sin embargo, esta defensa natural puede verse alterada por diversas causas que provocan un desequilibrio, como son:

 

  • Una higiene íntima excesiva o deficiente
  • Relaciones sexuales
  • Cambios hormonales
  • Tratamientos con determinados antibióticos
  • Uso de anticonceptivos; DIU; diabetes; corticoides, etcétera.

 

Además, entre estos microorganismos se encuentra, la Candida albicans, un hongo cuya proliferación en la flora vaginal también provoca una infección (vulvovaginitis candidiasica).

 

Aproximadamente el 90% de las mujeres padece algún tipo de vaginitis a lo largo de su vida

 

¿Cómo puedo saber que tengo vaginitis?

Puede sospechar que la padece por síntomas que en general son fáciles de identificar, pero pueden variar dependiendo del tipo de vulvovaginitis. Los más frecuentes son:

  • Picor en el área de la vulva
  • Flujo vaginal espeso
  • Mal olor vaginal
  • Enrojecimiento e irritación
  • Molestias o ardor al orinar
  • Secreción entre marrón y verde
  • Ocasionalmente dolor vaginal (especialmente durante el coito) y sangrado leve

 

 

¿Cuándo debo acudir al médico/ginecólogo?

Es imprescindible acudir al ginecólogo ante la aparición de alguno de los síntomas citados, para que realice un buen diagnóstico. Es preciso establecer la causa e identificar los signos y los síntomas específicos.

 

En general, para el proceso diagnóstico el médico se apoya en:

 

  • Una serie de preguntas sobre la sintomatología
  • Un examen pélvico
  • Observación del flujo vaginal
  • Tomar de una muestra de mucosa o tejido

 

De este modo confirmará si tiene vulvovaginitis, y de qué tipo se trata.

 

¿Por qué es tan importante el diagnóstico?

Un buen diagnóstico es clave porque de él depende la elección de tratamiento.

 

Solo el médico tiene la experiencia y los medios para determinar con certeza si se trata de una infección vaginal y para diagnosticar correctamente el tipo del que se trata ya que los síntomas externos (los que se puede ver o notar) pueden ser muy parecidos entre ellas.

 

Por otra parte, es importante que pueda descartar patologías más serias como una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

 

Es imprescindible acudir al ginecólogo ante la aparición de alguno de los síntomas

 

¿Qué tipos de vaginitis hay?

Se distinguen diversos tipos, atendiendo a las causas que la producen:

  • Vaginosis bacteriana. Es la causa más frecuente y suele aparecer por una higiene inadecuada, enfermedades de transmisión sexual o causas conocidas. Conviene diagnosticar y tratar esta infección porque puede permanecer asintomática y desencadenar una enfermedad inflamatoria pélvica.
  • Vulvovaginitis candidiásica. Las candidiasis producida por un aumento de hongos (como la Cándida) es una de las causas más comunes de vulvovaginitis. Entre otros síntomas suele causar picazón genital y flujo vaginal blanco y espeso.
  • Tricomoniasis. Es menos común. Se trata de una enfermedad de transmisión sexual causada por Tricomonas que es un parásito que infecta la vagina al alcanzarla por contacto sexual.
  • Vaginitis atrófica. Originada por la disminución de estrógenos debida a cambios hormonales (ej. en la postmenopausia); con frecuencia se produce un adelgazamiento de la piel de la vagina y una pérdida de la capacidad de lubricación de la vulva, lo que provoca irritación, ardor y sequedad vaginal.
  • Reacción alérgica o irritación provocada por el uso o contacto con diversos productos químicos, tejidos, etc. Por ejemplo, desodorantes íntimos, duchas vaginales, jabones perfumados o con elevado ph, lubricantes, espermicidas, preservativos, suavizantes de tejidos, prendas íntimas con tejidos sintéticos, ropa ajustada o no absorbente, etc.
  • Otras causas. Como virus (ej. herpes simple), anticonceptivos vaginales, etc., o por varias causas simultáneas; en ocasiones, no se puede encontrar la causa específica (vulvovaginitis inespecífica).

 

¿Cómo es el tratamiento de las vaginitis?

Podemos decir que una vez identificado el origen, la mayoría de las vaginitis son de fácil tratamiento.

 

Por lo general se utilizan antibióticos orales o cremas con antibióticos, antimicóticos, probióticos y ozonoterapia. Si la causa es una alergia a algún producto de uso personal es imprescindible determinar cuál es para dejar de usarlo e indicar antihistamínicos si es necesario.

 

Aunque muchos de estos medicamentos a los que nos referimos pueden resultarnos familiares e incluso se venden en farmacias sin necesidad de receta médica, lo recomendable es acudir a su médico para asegurarse de que confirme de qué tipo de infección o infecciones se trata y realice las indicaciones para ese caso concreto.

 

Es importante resaltar que es desaconsejable la automedicación especialmente porque hay síntomas comunes a distintas afecciones que hacen necesario un diagnóstico preciso.

 

¿Se puede prevenir la vulvovaginitis?

Sí. Puede tomar una serie de precauciones para favorecer su prevención como son:

 

  • Mantener el área genital limpia.
  • Lavarse las manos antes y después de ir al baño, y prestar atención al utilizar el papel higiénico (no contaminar la vulva con bacterias procedentes del recto).
  • Evitar jabones perfumados y desodorantes vaginales.
  • Cambiar con frecuencia las compresas y tampones
  • Usar ropa holgada confeccionada con tejidos que faciliten la transpiración. Ej. Ropa interior de algodón
  • Utilizar preservativo en las relaciones para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual
  • Secar bien la zona íntima después de hacer ejercicio, lavarse o nadar y no permanecer con el bañador mojado porque la humedad favorece la proliferación de hongos.

 

Es especialmente importante intensificar estas medidas preventivas en la época estival. En verano la aparición de infecciones e irritaciones vaginales aumenta por factores como el calor, la ropa de baño y la humedad que pueden debilitar las defensas del ecosistema de la vagina, favoreciendo la aparición de cuadros irritativos e infecciones.

 

Si a pesar de estas medidas preventivas percibe cambios en la cantidad, color u olor del flujo vaginal, o si se presenta irritación, picores o inflamación en la zona, consulte a su médico.

 

¿Qué puedo hacer para prepararme para la consulta?

Puede facilitar el diagnóstico si antes de acudir a la consulta evita usar tampones, tener relaciones sexuales o hacerte lavados vaginales, para que el médico pueda evaluar correctamente su flujo vaginal.

Obstetricia y Ginecología