Vigila tus lunares con la regla del ABCDE
Los lunares o nevus melanocíticos son proliferaciones benignas de melanocitos en la piel. Es decir, son tumores benignos formados por las células que producen el pigmento de la piel. Pueden aparecer de forma congénita, es decir, al nacer o cuando somos muy pequeños, o más adelante, condicionados por una predisposición genética pero también en relación con la exposición solar.
Tipos de lunares
Existen muchos tipos de lunares y de clasificaciones. Los más comunes son:
• El nevus melanocítico congénito, el que tenemos desde el nacimiento.
• El nevus melanocítico adquirido, que es el que aparece a lo largo de la vida, normalmente más pequeño de tamaño que el congénito.
• El nevus melanocítico intradérmico es el lunar que está abultado, que la gente dice coloquialmente “un lunar que se ha hecho verruga” y normalmente es una lesión que preocupa a los pacientes estéticamente, pero es benigna.
• El nevus azul es un lunar que está algo más profundo en la piel y por eso se ve de ese color.
Ante un lunar que tenemos dudas del tipo que pueda ser o de si es benigno o maligno, lo mejor es consultar con un especialista en Dermatología.
¿Cada cuánto tiempo se tienen que de revisar los lunares?
Si no existen antecedentes de cáncer de piel, se deben revisar cada año. Si ha habido algún antecedente de cáncer de piel en el paciente o en la familia, será el dermatólogo el que precise cada cuanto deben revisarse dichos lunares.
Prevención de lunares
La protección solar es el cuidado fundamental que debemos tener con nuestra piel. Utilizar un factor de protección de entre treinta y cincuenta, evitar las horas de mayor radiación solar (de 12 a 16h), proteger los ojos con gafas de sol, utilizar gorra y ponernos a la sombra son medidas que debemos realizar, sobre todo en verano.
La regla del ABCDE en la detección de lunares
Respecto a la vigilancia de lunares, la regla del ABCDE nos puede ayudar a detectar las lesiones potencialmente malignas, es decir, que pueden no ser buenas.
• La A es de asimetría; las lesiones benignas suelen ser más redondeadas y simétricas.
• La B es de bordes; un borde regular nos indica que la lesión es buena mientras que si los bordes son irregulares es una lesión que, al menos, debe ser valorada.
• La C es de color; una lesión de varios colores o muy negra debe de ser evaluada porque es atípica; las lesiones benignas suelen ser de un solo color homogéneo, normalmente marrón claro.
• La D es de diámetro, lesiones que midan más de 6 mm (a no ser que las tengamos desde pequeños y hayan crecido con nosotros) se deben vigilar.
• Y la E es de evolución, es decir, que cambien y crezcan.