¿Qué es la Médula Anclada?
La Médula Anclada o Síndrome de la Médula Anclada es una malformación congénita que se caracteriza por un tejido cicatricial que fija la médula espinal a la dura, que es la membrana de tejido blando que la rodea, impidiendo el flujo normal del fluido espinal alrededor de la médula y el movimiento normal de esta dentro de la membrana. Este anclaje (fijación) propicia la aparición de Quistes.
Esta patología suele diagnosticarse en la infancia aunque hay pacientes que manifiestan los síntomas en la edad adulta.
Pronóstico de la enfermedad
Si la Médula Anclada se trata quirúrgicamente su pronóstico es bueno, aunque irá disminuyendo según la edad en que se realice.
Síntomas de Médula Anclada
Algunos de los síntomas de la Médula Anclada son:
- Dolor de Espalda y en las piernas
- Dificultad para estar de pie o cambiar
- Deformidad, debilidad o entumecimiento en los pies
- Incontinencia Fecal y/o Urinaria
- Cambios en el crecimiento de la columna o de los pies
- Empeoramiento de la Escoliosis
Estos síntomas suelen manifestarse lentamente durante los periodos de crecimiento o en los tratamientos hormonales de crecimiento que se realizan para tratar la baja estatura.
Pruebas médicas para Médula Anclada
Para confirmar el diagnóstico de la Médula Anclada se pueden realizar las siguientes pruebas:
- Tomografía Computarizada
- Resonancia Magnética
- Radiografía
- Ultrasonido de la médula espinal
- Exámenes musculares
- Pruebas en riñones y vejigas
¿Cuáles son las causas de la Médula Anclada?
La Médula Anclada es una patología presente desde el nacimiento y está causada por el desarrollo anormal de la columna vertebral durante el embarazo. A veces se relaciona con otras patologías tales como la Espina Bífida y las Malformaciones de Chiari.
¿Se puede prevenir?
La Médula Anclada no se puede prevenir en un primer momento, pero se puede tratar para que no reaparezca.
Tratamientos para la Médula Anclada
La Médula Anclada se trata con cirugía, a través de la cual se libera el tejido cicatricial alrededor de la médula para restaurar al el flujo de líquido y el movimiento de la médula.
Asimismo, se pone un injerto para fortificar el espacio dural y reducir el riesgo de que se vuelvan a formar cicatrices. Si se ha producido la formación de quistes, se introduce un tubo o desviación para drenar el fluido de estos. Aunque la mayoría de niños precisarán solo de un procedimiento de desanclaje, es posible que algunos necesiten más de uno.
Es el Neurocirujano quien debe decidir cuándo y cómo realizar la cirugía. Tras la cirugía, el paciente tendrá que dormir durante 5 días plano boca arriba, boca abajo o de lado. Tras este tiempo, podrá sentarse y levantarse de la cama; si todo va bien se le dará el alta y realizará una visita de seguimiento a los 7-10 días.
¿Qué especialista lo trata?
El especialista que trata la Médula Anclada es el Neurocirujano.