La micropigmentación oncológica es una técnica de micropigmentación que ha evolucionado mucho con los años. Deriva del tatuaje y consiste en introducir pigmento bajo la piel a través de un dermógrafo. En este sentido, no es solo capaz de embellecer los rasgos faciales, resaltar la mirada o poblar más las cejas, sino que consigue camuflar cicatrices e incluso crear areolas, en casos de cirugía mamaria. Una de las grandes preocupaciones de las personas que sufren cáncer es la pérdida de cabello, cejas y pestañas. La micropigmentación oncológica es muy útil en este sentido, ya que redibuja las cejas según las facciones, para que el rostro recupere la expresividad en la mirada. También es muy útil en mujeres que han sufrido cáncer de mama y tienen una cicatriz, al reconstruir totalmente la areola. En cada caso se hace un estudio pormenorizado del paciente, valorando su situación personal. Se recomienda realizar la micropigmentación oncológica antes de la quimioterapia, para minimizar el cambio brusco de imagen por la caída del pelo. Si el paciente ya se encuentra en tratamiento, es importante una comunicación con el médico-oncólogo.