Psiquiatría en Adultos

¿Qué es la Psiquiatría en Adultos?

La Psiquiatría en Adultos es una especialidad médica dedicada al estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de los Trastornos Mentales que afectan a personas adultas. Los Psiquiatras son médicos que se enfocan en la salud mental y emocional, trabajando con pacientes para mejorar su calidad de vida y bienestar.

¿Qué enfermedades incluye?

La Psiquiatría abarca una amplia gama de Trastornos Mentales, entre los que se incluyen:

• Trastornos de Ansiedad: Pánico, fobias, Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
• Trastornos del estado de ánimo: Depresión Mayor, Trastorno Bipolar
• Trastornos psicóticos: Esquizofrenia
• Trastornos de la Personalidad: Antisocial, Narcisista, Borderline
• Trastornos Alimentarios: Anorexia, Bulimia
• Trastornos del Sueño: Insomnio, Apnea del Sueño
• Trastornos por uso de sustancias: Alcohol, Drogas
• Trastornos relacionados con el Estrés: Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

¿Qué tratamientos realiza un Especialista en Psiquiatría en adultos?

Los tratamientos psiquiátricos pueden variar según el diagnóstico y las necesidades individuales del paciente. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen:

• Farmacoterapia: prescripción de medicamentos para equilibrar los neurotransmisores en el cerebro
• Psicoterapia: Terapia Individual o Grupal para ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades de afrontamiento, cambiar patrones de pensamiento y comportamiento, y resolver problemas interpersonales
• Terapias combinadas: una combinación de Farmacoterapia y psicoterapia, que a menudo es la más efectiva
• Electroconvulsoterapia (ECT): procedimiento médico utilizado en casos graves de depresión o manía que no responden a otros tratamientos
• Terapias de estimulación cerebral: técnicas como la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) y la estimulación profunda del cerebro

¿Cuándo acudir con un especialista en Psiquiatría en adultos?

Es recomendable consultar a un Psiquiatra si experimentas alguno de los siguientes síntomas:

• Cambios significativos en el estado de ánimo como tristeza profunda, irritabilidad excesiva, euforia
• Pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas
• Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
• Cambios en los patrones de sueño o apetito
• Sentimientos de desesperanza o inutilidad
• Pensamientos suicidas
• Aislamiento social
• Miedos o ansiedades intensas y persistentes
• Comportamientos repetitivos o rituales
• Alucinaciones o delirios